AUSTRALIA. En una tarde soleada, aunque con algo de viento, Berdych se deshizo del tercer jugador del mundo en tres horas y cuatro minutos, y ahora buscará la final de este torneo con el ganador del encuentro entre el serbio Novak Djokovic y el suizo Stanislas Wawrinka.
Nada hacía presagiar que Ferrer, un jugador siempre combativo hasta el límite de sus fuerzas, cediera en tres sets, pero el partido parecía decidido de esa guisa porque Berdych se mostró inabordable en las dos primeras mangas, tal y como ha hecho en los anteriores encuentros en los que no había cedido un solo set. Pero la reacción de Ferrer apareció para complicarle la victoria.
David, semifinalista dos veces en Melbourne, tuvo incluso la posibilidad de forzar el quinto parcial de haber aprovechado varios puntos de rotura en el cuarto, pero no era su tarde. El de Javea cometió varios errores impropios de él y aunque salvó una bola de partido no pudo con la segunda, y el checo sentenció con su servicio en el décimo juego.
Después Tomas reveló al público que jamás había logrado ganar un partido en la Rod Laver Arena, templo maldito para él, que hoy dejó de serlo al lograr la quinta victoria sobre el español en doce encuentros.
"Después de perder el tercer set, no estaba jugando muy bien, pero intenté concentrarme en cada punto y salvé una situación complicada en el cuarto juego", dijo Berdych.
"Llegar a semifinales aquí estaba apuntado en mi agenda desde hace mucho, y hoy mi entrenador me recordó que nunca había ganado un partido en esta pista", dijo Berdych. El checo ha necesitado 11 viajes a Australia para lograr las semifinales, al igual que el australiano Colin Dibley en 1979, récord en ambos casos.
Hasta hoy, desde que comenzó la Era Open el único checo que había logrado las cuatro semifinales de todos los grandes había sido Ivan Lendl. El objetivo siguiente de Berdych es convertirse en el primer semifinalista de esta nacionalidad en Melbourne desde Jiri Novak en 2002.