bilbao. cabezota, a Dorleta Zorrilla, (Balmaseda) exciclista, ocho veces campeona de España, cuatro Giros en sus piernas, nunca le asustaron los retos porque ante los desafíos, ante el vértigo de las grandes cumbres, confiesa, le puede la "ilusión, el trabajo y el amor por el ciclismo". Por esa mezcla de pasión y tajo, también por su lealtad, la eligió el infatigable Miguel Madariaga como coordinadora general de la Fundación Euskadi. Dorleta asoma como el relevo futuro de Miguel, que el pasado miércoles la designó como la guardiana de su legado, una herencia que le sorprendió a Dorleta porque ella estaba centrada en la tarea que desarrolla en el aula pedagógica de la Fundación, donde se enseña a ser persona y a ser ciclista.

Aunque apoyo de Madariaga, dice Dorleta, 24 años, que cuando Miguel le comunicó su idea, los ojos se le abrieron de pura sorpresa. "Era algo que no me esperaba porque Miguel es incansable. Dice que está cansando, pero no para. Siempre trabajando a favor del ciclismo vasco". El sentido de la tarea les une. Es su pegamento. También los desafíos, los himalayas del camino. "Con trabajo y ganas pueden conseguirse cosas que parecen imposibles", relata Dorleta, que aún flota, impactada por la elección de Miguel, por "el gran salto" que supone situarse en la atalaya de la Fundación aunque la transición se presuma tranquila, nada que ver con un acelerador de partículas. "Sé que Miguel e Iñaki estarán ahí, para ayudarme en todo. Aprendo constantemente de ellos", destaca.

Rememora Dorleta que "cuando Miguel me planteó la idea me asustó un poco por la responsabilidad que supone, pero también sentí muchísima ilusión y además es una señal de que confía en mí. No estaré sola en todo esto".

Todo esto es el proyecto Euskadi, la Fundación que ha mantenido a flote el ciclismo vasco, su chaleco salvavidas. "Lo ideal es que en el futuro no solo hubiera un equipo vasco, sino que salieran muchos más", expone Dorleta, convencida de que lo "fundamental" es cuidar la base, inocular el veneno ciclista a los jóvenes. "Por eso el trabajo de la Fundación es tan importante", enfatiza la joven, que se acunó en el ciclismo con 8 años de edad en Balmaseda. "Primero me apunté a baloncesto, pero no podía jugar por edad, tenia 7 años, así que mi padre me dijo que qué quería hacer y opté por el ciclismo". Era la rueda a seguir. El siguiente eslabón de una cadena. Más piernas para una familia repleta de bicicletas. El ciclismo siempre estuvo ahí. Su padre, sus tíos, su primo... todos ensillaron alguna montura. Ella también. Desde los 8 hasta los 22 años.

las enseñanzas del ciclismo Esa fue su escuela. El hábitat donde aprendió: de ciclismo y de la vida. "La bici te enseña y no solo en el ámbito puramente deportivo, en el ciclismo, sino que también hace madurar a la persona que va encima de la bici", describe Dorleta Zorrilla, que el pasado año perdió a su novio, Víctor Cabedo, corredor de Euskaltel. A Víctor le atropellaron mientras entrenaba. Existe dolor en la biografía de Dorleta, pero también capacidad de superación, espíritu de lucha, dos piezas fundamentales para acometer un desafío complejo: pedalear en la trastienda para que otros puedan hacerlo sobre el asfalto. "No sabes el trabajo que hay detrás de cada ciclista hasta que estás ahí".

Acostumbrada desde pequeña a la vida espartana, repleta de sacrificios y de renuncias que exige ser ciclista, más si cabe en el ciclismo femenino donde el reconocimiento es menor, Dorleta considera que "siendo cierto que esto supone mucho trabajo y que no será nada fácil, es más difícil pedalear. El sacrificio que exige el ciclismo es enorme. Supone sacrificarte las 24 horas del día". Ese tiempo que antes empleaba para abrirse paso por el asfalto, por hacerse un hueco en el pelotón o para dirigir al equipo Euskadi en la Vuelta a Burgos como directora (un examen que pasó con nota), deberá exprimirlo a partir de ahora en gestionar la Fundación Euskadi, un reto sin parangón que exige una dedicación absoluta. "Soy cabezota, me gusta el ciclismo y luchar por él". Son las credenciales de Dorleta. No es poco.

Dorleta compitió en bici desde los 8 hasta los 22 años, antes de enrolarse en el aula pedagógica de la Fundación Euskadi

"Lo ideal sería que en el futuro no solo haya un equipo vasco sino que salieran muchos más"