Duración: 38:19 minutos de juego.
Saques: Ninguno.
Faltas de saque: 1 de Olaetxea.
Pelotazos: 218 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 4 de Olaetxea y 14 de Elezkano II.
Errores: 7 de Olaetxea y 4 de Elezkano II.
Marcador: 1-2, 2-3, 3-5, 3-6, 4-7, 4-8, 5-9, 5-10, 6-11, 6-12, 7-12, 7-13, 8-20, 8-21 y 8-22.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Iraitz Olaetxea (con Mikel Olaetxea) y Ander Elezkano (con Danel Elezkano).
Apuestas: No hubo corredores.
Incidencias: Partido correspondiente a la eliminatoria de deciseisavos de final del Cuatro y Medio de la LEP.M disputado en el frontón Elexalde de Zaratamo. Llenazo. 315 espectadores.
Zaratamo. La verborrea de una izquierda veloz como el rayo impulsó a Danel Elezkano, imperial ayer en el frontón Elexalde de Zaratamo, evitando cualquier opción de juego a su contrincante, un Mikel Olaetxea gris y opaco ante la imposibilidad de enredar delante. Y eso que el delantero de Lizartza se maneja bien dentro del Cuatro y Medio, abrazándose al gancho y al remate cerca del frontis. Pero el guipuzcoano quedó varado en Zaratamo sin remisión, sin opción alguna de remontar el vuelo. El que sí que encontró alas fue el velocísimo zurdo vizcaino. Danel, constante y con empaque, dio velocidad a la pelota de costado con la izquierda, defendió con la derecha y dio altura a la pelota en los momentos en los que se encontraba dominado. Sus opciones pasaban por eso, por evitar la entrada del puntillero de Lizartza en juego cerca del frontis y que le hiciera un siete. De hecho, alejado de su zona de influencia, su rival falló más de lo debido al intentar entrar fuera de órbita. Todo ello virtud del zaratamoztarra, un manista que viene pidiendo presente aunque ADN tiene marcado aún futuro.
A pecho suelto, Elezkano no evitó mostrar sus cartas desde el inicio. Era su partido. Los ases residían en una izquierda de oro, bien visibles, desde que con el primer pelotazo empezó a cortar la pelota hacia dentro, forzando con las cruzadas a Mikel, obligando a que se moviera y a contrarrestar una pelota que cogía peso con un suelo rápido como el de la cancha de Zaratamo. Ya notaba entonces la chispa Danel. La pelota le salía como un huracán, lo que sumado a sus manos de trueno son argumentos suficientes para poner sobre la mesa un duelo complicadísimo. Abrochado en estas lides, Olaetxea se vio con un 0-2 de salida y sensaciones contrapuestas.
Mikel, artista delante, aprovechó un golpe largo, que al darle Danel de besagain se le quedó enganchado en la pared, para respirar y devolverle el golpe. Igualó las fuerzas el de Lizartza, pero siempre fuera de su radio de acción, en todo momento lejos de cualquier opción de remate. Y ante eso, entró en juego otra cosa. Primero, el físico y, después, la forma de manejar el envite. Y, con el 2-2, Elezkano volvió a ganar crédito con una dejada abajo de su rival.
Llegó la tacada y un golpe certero al alma de Olaetxea. Porque el manista guipuzcoano, aunque atacaba, no veía el modo de desarbolar a Elezkano II, que sacó a relucir la volea para defenderse. ¡Y de qué manera lo hizo! La desesperación hizo mella en su adversario y una dejada puso tierra de por medio (2-5). Iraitz Olaetxea, botillero de su hermano, entonces recordó a Mikel que tenía que buscarle la derecha a Danel. Lo hizo. Trabajó. Y le salió. Recuperó el saque y el oxígeno.
No duró mucho la ilusión al de Lizartza. En un tramo de partido duro y peloteado, Elezkano mostró saber mucho mejor a qué jugar y maniató a su adversario, indolente desde el cuatro y atrapado con las cargas de profundidad de su adversario. Aunque el lizartzarra dejó destellos de calidad, solo fueron eso. Quedó doblegado a base de cañonazos porque Danel, fuerte de cabeza, fue más.
Con el 7-12 llegó el desplome del de Lizartza. Si bien hasta ese punto Elezkano estaba mejor que su adversario, con la primera brecha importante Olaetxea se vino abajo. Dos dejadas tras sudar y una cortada pusieron una brecha importante (7-15), Olaetxea, entonces, acumuló tres errores consecutivos que le pusieron camino del patíbulo. Aun así, no se guardó Danel el colmillo viéndose vencedor. Estimuló su versión más creativa con dos dejadas al txoko marca de la casa y cedió únicamente ante otra de Olaetxea. Una falta de saque de Mikel con el vizcaino a dos palmos del triunfo fue el réquiem del lizartzarra, que no vivió su mejor tarde. Porque Elezkano II hizo un partidazo. Todo le salió a la perfección. Y su zurda tiene muchos quilates.