MUCHAS han sido las ocasiones en el que los aficionados se preguntan cuál es el valor de la pretemporada de un equipo profesional con vistas a la competición. ¿Qué es lo que se busca en una pretemporada? ¿Se debe enfocar más al aspecto físico o al técnico-táctico? ¿La preparación física se integra en el trabajo de campo o se saca fuera con sesiones diferenciadas? ¿Cambia el trabajo del preparador físico en pretemporada dependiendo del perfil de entrenador que tenga el equipo? ¿Tienen algún valor los resultados que se consiguen en los partidos amistosos? ¿En dichos partidos cuáles son los objetivos a seguir? ¿Cómo afecta la incorporación de los jugadores internacionales al trabajo de pretemporada? ¿Deben ellos hacer un trabajo diferenciado por haber estado compitiendo con sus respectivas selecciones? Como podéis observar son muchas las preguntas que nos podemos hacer. El comienzo de una temporada trae a la mente de todos la figura del preparador físico, que lo relacionamos directamente con la puesta a punto de los jugadores. Los deportes colectivos tales como el basket, futbol o balonmano han dejado a parte al atletismo como fórmula para poner en forma a un jugador. Ahora se suele integrar la condición física con la preparación técnica y táctica. Una pretemporada se suele componer de entre 6 y 7 semanas de preparación siendo las dos últimas más específicas y donde se trabajan condicionantes que se dan en la competición como la velocidad, la fuerza máxima y la potencia. En pretemporada es tan importante como que se cumpla el objetivo físico el dar continuidad al trabajo técnico-táctico del entrenador. En mis años de experiencia en un equipo profesional si he podido apreciar que las pretemporadas se enfocan de manera diferente según el perfil del entrenador. A unos les gusta meter fuertes cargas de trabajo físico en sesiones específicas de trabajo físico. A otros les gusta integrarlas en el trabajo técnico-táctico. Unos programan hasta tres sesiones de entrenamiento al día durante las dos primeras semanas. Otros solo hacen dos sesiones y de forma regulada. Para gustos están los colores. En cuanto a los resultados que se consiguen, en ocasiones suelen ser engañosos ya que nunca sabes la carga de trabajo que ha sufrido el adversario hasta llegar al amistoso. Puede que hayan tenido mucho trabajo y los jugadores estén sin asimilarlo. En otras ocasiones los protagonistas de estos amistosos no suelen ser los actores principales durante la liga, en parte porque han disputado Europeos o Mundiales. Por lo tanto con los resultados de pretemporada hay que relativizar. Los objetivos que se suelen buscar es por una parte mecanizar movimientos; conocimiento de los jugadores entre sí; ver la respuesta de ciertos jugadores en momentos calientes de partido, o como reaccionan con el marcador adverso; valorar el potencial de los contrarios; dentro del cuerpo técnico hacer pruebas de toda la documentación que se quiera llevar durante los partidos oficiales tales como tablas de esfuerzo, tema estadístico, etc... En cuanto a la incorporación de jugadores internacionales tengo que decir que ellos deberían de hacer un trabajo diferenciado ya que vienen de competir con sus selecciones. Deben hacer su propia pretemporada. En más de una ocasión hemos podido notar que ciertos jugadores internacionales han bajado su rendimiento hacia Navidades primero porque no han parado durante el verano y segundo por una mala planificación. En definitiva, el Baskonia, al igual que el resto de equipos de la ACB, esta en un momento importante de la temporada donde un buen trabajo de preparación puede ser fundamental para el desarrollo de la competición.