nueva york. Rafa Nadal alzó esta su segundo título del Abierto de Estados Unidos ante el serbio Novak Djokovic tras ganar la final, disputada en Flushing Meadows, por 6-2, 3-6, 6-4 y 6-1, en un épico duelo en el que el balear supo reponerse en momentos claves del partido para adjudicarse su décimo título del año y decimotercero de Grand Slam. De esta manera, el de Manacor suma un nuevo título estadounidense al conseguido en su espectacular 2010, precisamente ante el mismo rival. Es además, su decimotercer grande, sexagésimo título de su carrera profesional y el décimo de la presente temporada -a uno de su récord de once en 2005-, en la que ya ha ganado en las finales de Sao Paulo, Acapulco, Indian Wells, Barcelona, Madrid, Roma, Roland Garros, Montreal y Cincinnati. Además, confirma su superioridad no solo en la tierra batida, su hábitat natural, sino también este año en pista dura. En su partido número 63 de la temporada, Nadal ha logrado su sexagésima victoria. Y todo con un increíble número en pista dura: 23 victorias y ninguna derrota.

En la cuarta vez que los dos se veían las caras este año -el serbio venció en la final del Masters 1000 de Montecarlo, pero el español se llevó la victoria en los dos siguientes duelos, semifinales de Roland Garros y del Masters 1000 de Montreal-, fue el manacorí el que comenzó poniendo la directa en un comienzo de partido que gozó de un gran ritmo e intercambios intensos.

Tanto Djokovic como Nadal -que se medían por tercera vez en la final norteamericana, con victoria para el español en 2010 y para el serbio en 2011- defendieron sus primeros servicios, pero el tercer juego dictaminaría el futuro del primer set; en su segunda bola de rotura, el balear conseguía la machada, gracias a unos drives demoledores para el tenista balcánico.

Confirmaría el break el español a continuación ganando su saque, algo a lo que respondió Nole sirviendo para hacer el 2-3. Sin embargo, el golpe asestado por Nadal en el séptimo juego a su rival fue definitivo: la rotura y posterior defensa de su servicio le sirvieron para hacerse con el primer set del encuentro, en el que se mostró excelso desde el fondo (6-2).

El número uno del mundo incrementó su agresividad en la segunda manga para mejorar ostensiblemente sus prestaciones en la pista Arthur Ashe. La nueva cara del serbio puso en apuros a Nadal, que sin embargo resistió. Fue un intercambio brutal de 54 golpes en el punto definitivo del sexto juego el que cambió el sino del partido; Djokovic apretaba el puño para celebrar su break, el segundo que había sufrido el español en todo el torneo estadounidense -sólo el francés Richard Gasquet lo consiguió en una ocasión en semifinales-. Sin embargo, el de Manacor firmaba un contrabreak para mantenerse vivo. La tercera rotura consecutiva en el octavo juego allanaba el camino del balcánico, que en el noveno confirmó su victoria en el segundo parcial de la final (3-6).

Igual de arrollador inició Nole el tercer set, con un break en blanco y apenas desgaste. El serbio encarriló la manga a pesar de que el balear defendía su saque. Sin embargo, en el sexto juego, Nadal lograba quebrar el saque de su contrincante y poner la final al rojo vivo (3-3).

Mucho más cómodo, Rafa lograba confirmar su saque, aunque Nole volvía a poner el empate (4-4). Lo que ocurrió después es parte de la leyenda del español: tras verse con la soga al cuello con un 0-40 para el serbio, logró remontar para llevarse el punto y poner en pie a la entregada afición de Flushing Meadows.

En medio de un impresionante intercambio de puntos, el número 2 del mundo volvía a hacer daño desde la zona de resto y ponía la directa hacia el partido (6-4).

Menos historia tuvo el cuarto y la postre definitivo cuarto set. El balear sólo permitió que el serbio defendiese su servicio en una ocasión, y en séptimo juego, con dos bolas de partido por delante, confirmó su victoria lanzándose al suelo de la Arthur Ashe.

A pesar de la derrota, Djokovic, ganador este año en el Abierto de Australia, Dubai y Masters 1.000 de Montecarlo, continuará siendo este martes número uno del mundo por delante de Nadal, que sin embargo estrecha el cerco ante el serbio.

Nadal aseguró que es "emocionante" volver a alzar el trofeo, y más ante un rival como el serbio Novak Djokovic, un "jugador impresionante" que siempre le lleva a "límites extremos".

"Es un momento muy emocionante, todo el equipo sabe lo importante que es para mí jugar este partido ante Djokovic", declaró el balear antes de recibir el trofeo que le acreditaba como campeón de la cita. Además, reconoció que el balcánico, número uno del mundo, siempre le crea dificultades en todos sus enfrentamientos. "Me lleva a límites extremos en mi juego, es un jugador impresionante", indicó. Por último, tuvo unas palabras de elogio para rival en la final. "Llevas una carrera impresionante. Vas a ser uno de los mejores de la historia de este deporte, este año y los siguientes", concluyó.

Por su parte, el Djokovic aseguróque su contrincante "merecía ganar" el partido. "Quiero felicitar a Rafa, desde luego merecía ganar este partido y este trofeo", dijo.