vienen días duros en la Vuelta. De las ocho etapas que quedan, solo dos, la del próximo miércoles en Burgos y la última de Madrid, son llanas. Las otras seis acaban en alto. Son jornadas de montaña que están divididas en dos bloques de tres. Primero, llegan los Pirineos.
Hoy la Vuelta entra en Andorra con el final en la Collada de La Gallina. Creo que es la etapa más dura de las tres que nos esperan este fin de semana. Sí, ya sé que mañana se suben Balés y Peyragudes, pero creo que el recorrido de hoy tiene elementos que la hacen más decisiva. Por encima de todo, está la distancia. Hoy se recorren casi 100 kilómetros menos y todos los puertos se concentran en la parte final, con la subida a La Gallina que, ya se vio el año pasado, es dura y puede hacer diferencias entre los favoritos. La de mañana en Francia es dura también, claro, pero es tan larga, más de 240 kilómetros, que pienso que los corredores se la van a tomar de otra manera.
Hoy espero batalla de la buena, por tanto, porque es cierto que queda mucho pero no lo es menos que los días pasan y con ello las oportunidades. El que más debe aprovechar las que se le aparezcan puede ser Basso, que es de los que mejor está -ya lo demostró en Peñas Blancas y también en Hazallanas- y sin embargo es el que más lejos se encuentra de Nibali. El italiano tiene motor y piernas para moverse, igual hasta de lejos, visto que esperando hasta el final el resultado no le ha sonreído. Luego está Purito, que es otro de los que lleva tiempo perdido tras una mala crono y habrá que ver cómo reacciona.
He visto el tiempo que dan para el fin de semana y en los Pirineos los meteorólogos ponen dibujos de nubes que echan agua, rayos y truenos. El mal tiempo, si es que llega y es lo que parece, puede cambiarlo todo. No sería la primera vez que aparece la lluvia y empieza otra carrera.
Hay ciclistas que nunca triunfaron en el Tour porque no soportaban el calor de Alpes y Pirineos. Eran buenos, pero no se adaptaban al julio francés. Lo mismo pasa con la lluvia. Hay corredores que la digieren bien. Entre los que parece no afectarles está el líder Nibali, que incluso diría que va mejor en mojado que en seco. Purito tampoco parece arrugarse con el agua y quizás tampoco Valverde. A partir de ahí, no sé cómo se manejará Roche ni tampoco hasta dónde resistirá ahí adelante -es segundo a medio minuto de Nibali-, pero sí que la lluvia no beneficia a Chris Horner, sobre todo en las bajadas porque su técnica no es muy buena, lo mismo que le ocurre a Basso.
Quedan muchas cosas por pasar. Yo tengo especial intriga por ver lo que pasa con Pozzovivo, que el otro día hizo tercero en la crono tras Cancellara y Tony Martin cuando ni mide ni pesa ni tiene la mitad de fuerza que ellos. Por eso pienso que puede tener algo que decir con toda la montaña que queda.
La lluvia le va bien también a Samuel, que pienso que tiene que cambiar el chip en lo que queda de Vuelta para intentar ganar una etapa. Creo que el camino para ello es el que está haciendo Igor Antón, que ataca desde lejos porque sabe que en el mano a mano con los favoritos tiene la batalla perdida. Me está gustando este Antón. Ha cogido moral, vuelve a tener piernas para luchar por una etapa y creo que es la opción más clara de victoria que tiene Euskaltel en estos momentos.
También creo que Euskaltel tiene una bonita oportunidad de luchar por la general por equipos. Cuenta con Antón, Samuel y Nieve, que pese a que pasó un mal día en Peñas Blancas luego se vio en Hazallanas que no está mal del todo, pese a que el Tour pueda pesarle en las piernas. En toda su historia, este equipo no ha ganado -no hemos ganado- nunca una general por equipos de una grande. Y es una pena que tras tantos años de existencia desaparezca sin hacerlo. Recuerdo con cariño cuando pudimos conseguirlo en el Tour de 2003. Nos pusimos líderes tras la etapa de Alpe d'Huez que ganó Mayo. Pero lo perdimos todo en la crono individual. Más bien, siempre pensé que nos quitaron la oportunidad de ganarla porque ese día los jueces expulsaron a los dos Etxebarrias, David y Unai, y a punto estuvieron de hacer lo mismo con Landaluze. No nos dejaron ganar y acabamos terceros. Euskaltel tiene ahora una buena oportunidad de llevarse una clasificación importante en la Vuelta de su despedida.