berlin. El Bayern y el Chelsea se disputarán la Supercopa europea en un duelo no exento de morbo, debido a la larga rivalidad entre los dos entrenadores, Pep Guardiola y Jose Mourinho, y a la espina que tiene clavada el Bayern desde la final de la Liga de Campeones de 2012, que perdió con el equipo londinense. Pese al triplete logrado el año pasado, la derrota en la final de la Liga de Campeones en 2012 contra el equipo londinense todavía no está olvidada. "Contra el Chelsea tenemos una cuenta pendiente", admitió el capitán Philipp Lahm.
Mourinho, por su parte, ha puesto de su parte para caldear el ambiente al decir que el Bayern que era el mejor equipo del mundo era el Bayern de Jupp Heyncker pero que ahora, con "un nuevo entrenador" -no consideró necesario mencionar el nombre de Guardiola- no sabía si seguía siendo igualmente bueno. Guardiola también parece darle enorme importancia a su nuevo duelo contra Mourinho como lo demuestra el hecho de que, en el partido de la Bundesliga contra el Friburgo, echara mano de las rotaciones dejando en el banquillo a seis titulares habituales.
En lo personal, Guardiola no podrá contar con el lesionado Thiago Alcántara. Bastian Schweinsteiger, que dio el susto en el partido contra el Friburgo cuando tuvo que ser sustituido por un golpe en el tobillo, parece que podrá ser de la partida. Javi Martínez, pese a que todavía no está en plena forma después de una lesión de abductores, viajó con el equipo. En caso de que Schweinsteiger causara baja podría pasar Lahm al centro del campo con lo que el brasileño Rafinha ocuparía la posición de lateral derecho. No obstante, también Jan Kirchhoff podría ocupar esa posición. Del resto, salvo sorpresas, la única duda está el centro del campo.
El Chelsea seguramente tratará de aprovechar la orientación ofensiva del Bayern para buscar oportunidades de contragolpe con la velocidad del brasileño Ramires o del alemán André Schürrle.