BRNO. El chico no tiene fronteras. Al menos, conocidas por los mortales. Ayer, en el Gran Premio de la República Checa, Marc Márquez reescribió otro fragmento de la historia del motociclismo. Otro capítulo inédito, como sucede prácticamente cada jornada que asiste a su puesto de trabajo en Honda, a su reducida oficina de apenas una baldosa de espacio, donde aplasta su trasero para dar caricias al asfalto como actualmente no lo hace nadie -y quién sabe si algún día lo hizo alguien-. Convierte lo insólito en rutina. A sus 20 años y un rostro juvenil de no haber roto un plato en su vida, con una sonrisa y un discurso tan sencillos y naturales que engañan para ocultar al mundo el diablo que viaja en su interior, se ha convertido en el primer piloto que gana cuatro carreras consecutivas en el curso de su debut en la máxima categoría, relegando así a Kenny King Roberts, que en 1978 encadenó tres triunfos seguidos en 500c.c.. Márquez es la jerarquía y el Mundial de MotoGP, su reino.

Con la cuarta victoria trenzada en el circuito de Brno -y quinta de la temporada-, Márquez se consolida en la cima del Campeonato del Mundo, se blinda con 26 puntos sobre su más inmediato perseguidor, Dani Pedrosa, que le conceden una carrera de ventaja, lo que, restando siete comparecencias, es más que considerable -de hecho, en las once pruebas agotadas, Márquez solamente ha abandonado en Italia-. Pero más trascendente aún es el modo en que venció el de Cervera: primero, sosteniendo a raya a un Pedrosa que mimetizó el hacer de Márquez durante el primer tercio de la temporada, cuando Dani protestaba porque el debutante le tomaba la rueda; segundo, enlazando con un Jorge Lorenzo que en la jornada previa versaba acerca de la relevancia de protagonizar una buena salida desde la quinta plaza y así fue, se escapó y mantuvo la diferencia de un segundo sobre Márquez y Pedrosa durante 7 de las 22 vueltas pactadas para Brno. Y es que el triunvirato de aspirantes a la corona materializó una salida fulgurante, retrasando a los risueños Crutchlow y Bautista. Para el poleman inglés su gozo terminaría en un pozo con una caída luchando por la cuarta plaza, resultado al que aspiraban además Bautista y un Rossi que se llevaría el puesto.

El trenecito formado por Lorenzo, Márquez y Pedrosa se aisló en una exhalación, en un antojo de idílico final de carrera. SuperMárquez hizo el trabajo sucio, el de brega para colgarse de la rueda trasera de la Yamaha de Giorgio, mientras Dani era fantasmagórico, invisible, discreto para armar su ataque al arropo de las sombras. Dejó hacer y Márquez le puso a rueda de Lorenzo.

Restaban 15 abrazos a Brno cuando Márquez adoptó el rebufo de Lorenzo. No obstante, Marc fue paciente. Controló su ambición, su ansiedad y cimentó su ofensiva; con 7 vueltas ante el carenado, llegó la acción. El bisoño catalán asumió el liderato, pero Giorgio se defendió cual gato panza arriba. Hasta en tres ocasiones tuvo que envidar Márquez, pues Lorenzo se revolvía en una pugna que se prolongó tres fantásticas vueltas.

Si bien, previamente apareció la bandera blanca advirtiendo lluvia, lo cual aderezó la prueba, aunque finalmente no determinó nada.

Lorenzo se convirtió en víctima y Márquez se fugó en soledad a por el récord de victorias seguidas de un debutante en la máxima cilindrada. "Es la victoria que, quizá, más he disfrutado", diría el genio, pues clavó a Dani tras su colín y devoró a Lorenzo, quien a la postre sería también rebasado por Pedrosa.

El de Castellar del Vallés no intentó nada, fue pasivo, hasta cuando restaban 3 vueltas para el final. Entonces se deshizo de Jorge, pero se quedó con la sensación de que debería haber atacado antes, dado que no tuvo margen para tratar de presionar a Márquez, quien se benefició del lance que se sucedía en su estela. "Me ha faltado adelantar a Jorge una vuelta antes", lamentaría Dani.

"Me he divertido mucho con Jorge", sellaría Márquez, como si de un juguete se tratara el mallorquín, que desde ayer confiesa tener "pocas opciones" de revalidar su corona. Hay un chico que pisa fuerte, más que ninguno. Quién sabe si más que nadie antes en la historia. Al menos, es lo que acontece. Para más inri, ahora viaja blindado por 26 puntos.