Tras haber visto repetidas varias veces las imágenes, creo que ayer Mark Cavendish mereció más que una reprimenda por su gesto en el sprint que hizo que Tom Veelers acabara por los suelos. Se ve que Cav tiene perfectamente a la vista todo lo que ocurre en la llegada masiva y, si me tuviera que mojar, yo diría que le tiró a posta. Ha sido un movimiento muy feo que podría haber provocado una auténtica escabechina en el gran grupo. Posteriormente, Kittel ha ganado con autoridad, superando bien a Greipel. Ambos llevarían un 55 de plato porque conocerían perfectamente las características de la llegada. Kittel ha cazado ya dos victorias en este Tour. No es de los corredores que se mete en la lucha por los puntos en los sprints intermedios y por ahora está teniendo éxito a la hora de cazar etapas.
Tampoco me ha gustado ver al líder, a Froome, tan solo en los últimos 50-60 kilómetros. Solo Ian Stannard estaba con él. No sé muy bien qué es lo que le ocurre al Sky, si están debilitados por alguna enfermedad o hay algo más, ya que no es normal dejar a un líder tan descubierto, sobre todo cuando había riesgo manifiesto de viento en el tramo final de la jornada.
De todas maneras, y visto lo visto en la Dauphiné, creo que los Contador, Valverde y demás aspirantes al podio de París se darían con un canto en los dientes si pierden solo un minuto y medio en la contrarreloj individual de hoy con respecto a Froome, que está muy fuerte por lo visto en las últimas jornadas. Mi favorito para la victoria es, sin embargo, Tony Martin, que sigue en el Tour para lucirse en este tipo de etapas. Y mucho ojo con Kreuziger.