MADRID. Con cuatro grados de temperatura y una sensación térmica todavía más fría, 26.000 corredores han partido de la plaza de Colón. La mitad, con el objetivo de acabar los 42.195 metros; el resto compartirá con ellos los tres primeros kilómetros y luego cubrirán el recorrido de sus respectivas carreras, los 10.000 metros o el medio maratón.
Antes de la salida, un miembro de la Brigada Paracaidista madrileña descendió sobre la plaza de Colón portando la bandera de la candidatura olímpica.
La carrera ha comenzado rindiendo tributo a las víctimas de Boston con un minuto de silencio. Miles de corredores llevaban adosado a su dorsal un lazo negro y minutos antes de la partida, en solidaridad con la ciudad estadounidense, hicieron con la mano el signo de la letra "B" en el lenguaje de los sordomudos.
Los atentados de Boston han disparado las medidas de seguridad, especialmente en una ciudad como Madrid que el 11 de marzo de 2004 sufrió el azote del terrorismo en atentados que causaron la muerte a 191 personas.
El dispositivo de seguridad para el presente año se ha reforzado con 400 policías nacionales, 390 municipales, 60 agentes de movilidad y 250 miembros del Samur.
La 36 edición del maratón madrileño tendrá como favoritos, una vez más, a los corredores africanos, que han dominado la prueba desde que en 2008 venció Chema Martínez.
Rafael Iglesias y Vanessa Veiga son los atletas más destacados entre los 13.000 que tomarán la salida en el maratón.
Otros 6.000, entre ellos dos campeones de Europa, Jesús España y Arturo Casado, participan en la carrera de 10.000 metros.