bilbao. No le hacen mucha gracia las alturas a Pablo Berasaluze a pesar de todo. A pesar de encontrarse en el Olimpo manista y en la final del Parejas, en lo alto. En una de las azoteas del Guggenheim, Berasaluze II, un artista, charla con DNA y de paso pega unos pelotazos en uno de los tejados de Bilbao. Está en las nubes por méritos propios.
Camiseta nueva, estreno del nombre y besar el santo: a la final.
La camiseta nueva, al final, siempre me ha dado un plus. Para mí significa todo lo que era mi padre. Todo eso me ha empujado, me ha ayudado y estamos a un paso. Estamos en una final y llegar a una final hoy en día ya es algo muy importante, así que estoy contentísimo.
¿Es tan fuerte ese componente emocional?
Sí. Este año me han pasado cosas muy bonitas: he firmado un contrato con Asegarce de tres años, la final y he cambiado el nombre de la camiseta, que es algo que tenía desde hace años en la cabeza. Se ha cumplido todo, me da fuerza y estoy contento.
¿Para usted tiene incidencia en los partidos o a la hora de afrontarlos todo lo que está sucediendo?
La verdad es que sí. Pero también estoy entrenando bien, trabajando mucho, haciendo las cosas muy bien. Josetxu me está ayudando muchísimo a la hora de entrenar y me da mucha confianza el estar con él. Al final, todo ha influido, pero lo que más el trabajo. Entreno todos los días duro y por ahí han venido los resultados.
¿Considera este como el mejor momento deportivo de su carrera?
Sí. Sin duda. Estos cinco o seis últimos años he rendido a un nivel muy bueno. No me he metido en ninguna final, pero es muy difícil, hay un grandísimo nivel y eso está muy complicado. Creo que el momento más bonito de juego en campeonatos oficiales lo estoy viviendo en este momento.
Dice que se debe sobre todo al trabajo, ¿este es el culmen?
Vengo trabajando bien desde hace tiempo: estoy trabajando duro, haciendo entrenamientos de mañana y tarde. Estoy muy bien, físicamente estoy muy a gusto y todo eso ha ayudado a que llegue a una final y a que esté jugando bien, a que tenga esa confianza y en el frontón lo demuestre.
¿Observa que este ha sido un campeonato difícil?
Sí, para nosotros ha sido complicadísimo. Hemos tenido baches de juego. Empecé el campeonato justo porque acababa de terminar el Cuatro y Medio. Me puse al Parejas y se me hizo raro después de toda la tensión de la jaula. Al fin y al cabo, el individual es totalmente diferente al Parejas, pero la verdad que se ha hecho duro. Aparte, también, por Jon Ander Albisu. Los medios han cargado mucho y no se merecía ese trato. Es un chaval muy joven, necesita experiencia. Digan lo que digan, ha hecho un gran campeonato y si no hubiera sido así, no estaríamos en la final.
Hubo muchas críticas contra la pareja, ¿considera que han callado bocas?
No. Yo no le doy vueltas a eso, yo no tengo que callar ninguna boca a nadie. Nosotros lo que hemos hecho ha sido seguir entrenando, haciendo las cosas bien y ha llegado lo que tenía que llegar. Sabíamos que teníamos muy complicado tirar para adelante, llegar a semifinales y mucho más llegar a la final. Hemos seguido trabajado y no tenemos que callar ninguna boca.
Queda demostrado que en este tipo de campeonatos lo que importa es ganar los partidos clave.
Eso está claro. Lo importante es entrar en semifinales, justo o no justo. Hemos entrado, por méritos propios creo yo. Es una liguilla larga, hay parejas que empiezan bien, otras mal, y también hay partidos que te pueden cambiar la clasificación. Nos han llegado las semifinales en el mejor momento de los dos.
El engranaje ha encajado justo ahora.
En la liguilla también hemos jugado partidos muy buenos. La gente está diciendo ahora que el último partido de Jon Ander ha sido grande, pero también ha jugado en la liguilla partidos tan buenos como el que jugó este sábado.
Los de Titín III-Merino II, por ejemplo.
Eso es. Estos dos últimos partidos han sido más importantes porque estábamos en semifinales. Aun así, han sido muy buenos.
Esta final, ¿es un premio, un regalo, un producto al trabajo...?
Es un premio, pero hemos trabajado mucho para estar ahí. Estar en una final, siempre es un premio, es a lo que todo pelotari aspira. Hemos trabajado mucho, hemos pasado nuestros malos momentos, que son difíciles de pasar cuando pierdes, cuando las cosas no te van bien o cuando perdimos los cuatro partidos de la liguilla. Es difícil tirar para adelante, seguir trabajando, hacer las cosas. Creo que parte de la culpa es nuestra por no haber bajado los brazos, la guardia, y haber estado ahí dando todo.
La importancia de no perder la motivación.
Eso es. Nosotros hemos tenido mucha. En la liguilla mucha gente nos desterraba y yo ya dije que mientras teníamos opciones íbamos a seguir luchando, trabajando. Hemos hecho así y los frutos han llegado.
¿Sabe mejor por haber alcanzado la final así?
El estar en una final o en una semifinal cueste o no cueste es lo que todo pelotari quiere. Si hubiéramos jugado bien y hubiéramos ganado todos los partidos nos hubiera sabido igual.
En el partido de Xala y Barriola, que quizás fue el partido más complicado, Albisu anduvo nervioso; mientras que en el último, cuando se jugaban tanto, a simple vista apareció relajado. ¿Cómo le vio?
Le vi muy centrado, muy metido desde el primer momento. Yo sabía que iba a jugar bien porque le conozco bastante y sé como va a jugar una vez que empieza. La verdad que el último partido salió muy centrado desde el primer momento. Por contra, en el partido de Xala y Barriola sí que pasó un bache bastante malo, un mal momento y no entró en el partido hasta el final, hasta que no estábamos clasificados. La verdad es que no es fácil, son partidos de mucha tensión en los que te juegas mucho, Jon Ander es muy joven, tiene 22 años, lleva poco en profesionales y le ha venido todo muy rápido encima. Ha hecho un gran trabajo y lo está haciendo. No es fácil con esa edad hacer las cosas siempre bien.
Por entonces, llevaban cuatro partidos jugándose las semifinales a cara o cruz. Sin poder dar ni un paso atrás.
La verdad que un deportista cuando se juega algo lo pasa mal. Hay muchos nervios, mucha tensión. Eso es así y en gente joven, más.
También supone una enseñanza.
Tanto el del año pasado como este son torneos de mucha enseñanza para él. Creo que Jon Ander va a ser un pelotari que va a estar en finales del Parejas seguro. Tiene unas grandes cualidades, capacidades y hoy en día es de los mejores. Tiene un gran futuro por delante.
Personalmente, ¿en qué punto le llega esta final?
Yo estoy bastante bien. Al principio sí que pasé un bache, sin chispa. Ahora estoy bien, entrenando me siento bien y creo que llego en un momento bastante bueno.
¿Nota la presión por ser vizcaíno y jugar en Bizkaia?
Presión siempre tienes al jugar una final. La verdad que jugar en Bizkaia es muy bonito. La gente me ha apoyado muchísimo, es de agradecer. Se ha volcado Bizkaia entera conmigo y es una pasada. Solo tengo palabras de agradecimiento.
Se mueve en un entorno muy pelotazale, ¿cómo se nota a su alrededor que ya llega la final?
Es muy bonito. La gente está muy ilusionada. Me felicitan y se mueve un ambiente bonito. Bizkaia necesitaba que alguien entrara en una final y se ve un ambiente precioso. La gente está con mucha ilusión.
También es un impulso.
Todo ayuda. Siempre he dicho que Bizkaia necesita un campeón, bien del Parejas, del Cuatro y Medio o del mano a mano. Tenemos complicado ganar, pero si la gano y podemos ayudar a aficionados, niños, pelotaris y demás, encantado.
Con el Cuatro y Medio la gente se volvió un poco loca, ¿nota la misma sensación con el Parejas?
Lo del Cuatro y Medio fue una pasada. La gente se volcó, se vivió un grandísimo ambiente. Los últimos partidos han sido enormes y solo tengo palabras de agradecimiento.
Irujo y Zabaleta llegan de favoritos, ¿le da importancia a ello?
La verdad que no. Lo único que sabemos es que tenemos un partido complicadísimo, que son la pareja más fuerte del campeonato y es un partido complicado. Si salimos tranquilos y jugamos lo que sabemos, tendremos también nuestras opciones.
Mucho que ganar y poco que perder, ¿no?
Siempre hay mucho que perder. Una final siempre duele. Ellos son favoritos: Juan es un gran campeón y Zabaleta ha sido la revelación del torneo. Como bien he dicho antes, ellos son favoritos, pero nosotros tenemos opciones.
¿Nota ya hormiguillas en el estómago?
Desde que entramos en la final. Estoy en ese punto de nerviosismo, con ganas de que llegue ya. Entrenando tienes miedo de no lesionarte o de que te pase algo al verla tan cerca, pero hay que tratar de llevarlo lo más tranquilo posible.
¿Qué plan tiene previsto para el día del partido?
No voy a cambiar nada de lo que he hecho durante estos quince años. Por la mañana pasearé por el monte. Después, a preparar la maleta, los tacos, comer donde mi madre y en el coche hasta Bilbao.
¿El día de la semifinal, en el último partido, cuando llegaron al cartón 22 hubo recuerdo especial para alguien?
Recuerdo que con el 21, cuando iba a sacar, me vino mi padre a la cabeza y me dieron hasta ganas de llorar. Me sentí un poco así, raro. Me recordó mucho a él. No sé lo que voy a hacer en la final, pero todo lo que he hecho este campeonato y este año va dedicado a él.
Ya es algo bonito el mero hecho de llegar a la final.
Ha sido precioso este año. No sé si ganaré o perderé, pero se lo dedicaré a él. Él ha sido para mí todo en el mundo de la pelota y en la vida. Y todo va para él.
Tiene dos tatuajes en las muñecas: en uno reza Berasaluze VIII y en otro, las iniciales de su padre, J. A. B.
Tenía ganas de llevar algo de él y me puse las iniciales en el décimo aniversario. Para mí mi padre significa todo y llevarlas me sienta bien, me da fuerza y estoy muy feliz con ello.