Gasteiz. Cuando Amets Txurruka se despertó ayer por la mañana, las piernas le tenían que doler de lo lindo, tenían que recordarle la paliza que se había dado en la fuga de la etapa inaugural de la Vuelta. Pero Amets, lejos de esconderse en el pelotón, decidió acallar las quejas de sus músculos con otra escapada maratoniana. En el kilómetro nueve se lanzó de nuevo a la aventura. Esta vez en solitario, el ciclista del Caja Rural intentó defender su condición de líder de la montaña y de las metas volantes. Su tesón le sirvió, no solo para seguir subiendo al podio tras la etapa, sino también para recibir el reconocimiento, el cariño y la admiración de unos aficionados rendidos ante su entrega. Para desgracia del corredor de Etxebarria, gestas como las de las dos últimos días no son valoradas en ninguna medida por los regidores del ciclismo.
Tras la carrera, Amets explicaba lo que pretendía con su escapada: "Quería pasar primero por el alto de Elgeta. Si el grupo hubiese ido junto, habría esprintado. Pero he visto un parón y he arrancado para ver si llegaba hasta Elgeta. He cogido ventaja y ya me he dicho que una vez que había llegado ahí, a ver si llegaba hasta Salinas".
El ciclista vizcaíno se ha convertido en el portador del estandarte de Caja Rural, un equipo humilde que intenta ser protagonista en medio de una pelea de gigantes. "El equipo siempre sale con la intención de demostrar lo que valemos, estar en la pelea y dejarnos ver", explicaba un exhausto Amets Txurruka tras cumplir con el protocolo del podio, "desde el primer día hemos intentado filtrarnos en las fugas y ser competitivos".
Ahora debe calibrar de nuevo el aguante de sus piernas. Elevado a los altares ya por la afición, parece difícil que Txurruka repita una tercera galopada. De lo que no se puede dudar es de que él pondrá todo de su parte para terminar la semana con alguno de los dos maillots de honor que porta: "El objetivo era estar en la pelea y, ahora que estamos ahí, no sé si pelearemos por la montaña o por las metas volantes".
Voluntad no le va a faltar y tampoco el aliento del aficionado vasco: "Esta carrera es especial por lo que te anima la gente. Eso te da fuerzas. Yo he disfrutado de la etapa, así que seguiremos en esta línea".
el líder, feliz Su esfuerzo en el sprint final de ayer le sirvió al italiano Francesco Gavazzi para hacerse con el maillot de líder. El ciclista del Astana reconocía que su "objetivo era ganar la etapa", pero que la velocidad de Impey le condenaba a "contentarme con la segunda posición". El italiano reconocía que defender hoy el liderato va a ser algo imposible, pero no descarta volver a dar guerra en la quinta etapa si las condiciones son favorables. Gavazzi quiso poner en valor la Vuelta al País Vasco: "Es una gran carrera, siempre con tanta gente, tanto público con mucho entusiasmo. Siempre es bonito venir aquí. Es la sexta edición que corro".