Vitoria. Diez años separan a Andoni de Txetxu. Criados en la ya olvidada pista de hielo de la calle Logroño, los hermanos Gavilanes nacieron pegados a un stick, deslizándose con sus patines mientras en el barrio de Aranbizkarra el resto de sus amigos jugaban al fútbol o al baloncesto. "Éramos los raros, aunque en realidad lo seguimos siendo. Hasta hace poco todavía me preguntaban: ¿De verdad juegas a hockey sobre hielo? ¿Y hay de eso en Vitoria?", explica Txetxu, el menor de la saga a sus 26 años. Pero las cosas han cambiado este año. El éxito del Escor-Auto Abendaño, que hoy a las 20.00 horas se juega el título de Liga ante el Puigcerdá, está obligando a estos dos vitorianos a dar más que nunca las gracias a todo el que se acerca a hablar con ellos. Para muchos vitorianos el hockey sobre hielo ha dejado de ser un desconocido. Y hablar de este deporte en Vitoria es hablar de dos hermanos que, como admite Andoni, nunca soñaron con estar a un solo paso de ganar una Liga con el equipo de su ciudad. "Nunca me imaginé que iba a estar aquí luchando por la Liga. Llevo en esto toda la vida y ahora es uno de esos momentos en los que te sientes realizado, como cuando jugué con la selección ante 15.000 personas. Sientes que todo el esfuerzo ha merecido la pena", mantiene el capitán.
Para Andoni el choque de hoy no será uno más. En realidad, si vencen, será su último partido de Liga. A sus 36 años cree que ha llegado el momento de decir adiós. "Lo dejo. Jugaré la Copa dentro de un mes como despedida, pero he tomado la decisión de retirarme. Tengo ganas de pasar página y dejarles a estos que se peguen", dice apuntando a Txetxu. El tiempo no pasa en balde. "Ya no recupero como antes. Mi cuerpo no da para más. Son muchos años y entre mi trabajo -se dedica a la construcción-, los entrenamientos y los partidos he llegado a un punto en el que no disfruto", lamenta uno de los grandes héroes de la grada del Bakh, espejo en el que Txetxu se ha visto reflejado desde que su madre le llevara en brazos a ver los partidos en la pista de hielo de su barrio. A partir de la próxima temporada perderá la protección de su hermano mayor.
"Siempre me ha tenido muy mimado. De pequeño me compraba todo el material para jugar, hemos estado juntos en la selección… Ahora estaré más a gusto porque no me chillará nadie", agradece mientras se ríe justo antes de que Andoni le interrumpa: "Antes sí que estaba más encima de él, pero ahora intento desconectar porque tenemos un carácter muy diferente, yo soy más nervioso y él más tranquilo". En las manos de estos dos delanteros residirán gran parte de las opciones vitorianas ante el Puigcerdá. Un enfrentamiento en el que intentarán finiquitar la final y evitar que la serie regrese de nuevo a la localidad catalana, estirando un play off marcado por la tensión y el juego excesivamente violento del cuadro catalán.
De hecho, tres de los mejores hombres del rival alavés -Jan Simko, Robert Brandis y Bastien Ribot- no podrán saltar a la pista tras ser sancionados por las agresiones que cometieron contra los árbitros y los propios jugadores del Bipolo en Puigcerdá. "Se les fue la cabeza por completo", recuerda Andoni Gavilanes. "La culpa fue de los jugadores. Cuando remontamos dieron el partido por perdido y se borraron. No querían volver a Vitoria. Pero somos deportistas. Si quieres pegarte vete a un ring y lo haces con alguien de tu peso", critica. "Es increíble ver a un tío de 120 kilos pegando a un chaval que no pesa más de 60 y lo único que hace es cubrirse. Eso no lo hace un jugador de hockey, lo hace un sicario", incide Txetxu. El Bipolo pierde al mejor portero de la competición, Ander Alcaine, que en Puigcerdá cayó lesionado, y también será baja Jakub Bauer.
Dispuestos a que la Liga se quede en la capital alavesa, los responsables del Escor-Auto Abendaño han organizado una gran fiesta para reunir al mayor número de aficionados posible. A la colocación de una grada supletoria en la pista se unirá la retransmisión del partido en directo a través de una pantalla gigante instalada junto a la recepción del recinto, al que se podrá acceder de forma gratuita. Con las entradas agotadas, el Bakh acogerá a más de un millar de personas. "Poder ver a mi hermano levantando el título de Liga ante toda la afición y en nuestra ciudad sería algo increíble. Para él sería la mejor forma de despedirse de un deporte por el que lo ha dado todo", sostiene el menor de los Gavilanes. Txetxu será ahora el encargado de volar en solitario para perpetuar el legado familiar por las pistas de hielo de media Europa, pero antes Andoni le recuerda que tiene una promesa que cumplir: "Cuando le comenté que lo dejaba me dijo: yo te voy a hacer ganar una Liga antes de que te retires". Palabra de hermano.