Vitoria. Normalmente, cuantas más veces se intenta hacer una cosa más probabilidades hay de que se obtenga el resultado esperado. La insistencia suele ser una virtud en muchas apartados de la rutina diaria para acabar obteniendo los fines esperados. A más horas de estudio, mejores suelen ser las notas. A más tiempo de práctica, mejor suele salir el trabajo. La ecuación casi siempre se resuelve de la misma manera, pero también hay excepciones que rompen la regla. Una de ellas la protagoniza el Deportivo Alavés que este año está viviendo una extraña paradoja. Y es que en los partidos en los que más oportunidades de gol está generando es cuando más le cuesta marcar, mientras que en otros compromisos en los que apenas disfruta de ocasiones de perforar la portería rival hace gala de un rendimiento máximo. Cuantas más oportunidades, menos goles. Un caso curioso y difícilmente explicable, pero que se ha repetido en más de una ocasión en lo que va de temporada.
Incontables con los duelos que el equipo de Natxo González ha resuelto a su favor durante el presente curso con el mínimo balance exigible en ataque, sobre todo cuando le ha tocado actuar como visitante. Ejemplos los hay a patadas y ahí está la colección de 0-1 que acumula lejos de Vitoria -en casa se suelen resolver esos partidos con un resultado de 2-0-, la mayoría de la veces en partidos en los que ha hecho muy pocos más merecimientos para ganar. Así lo demostró en la jornada inaugural de la temporada en Barakaldo y lo siguió demostrando con ese resultado que se ha repetido ya hasta en cinco ocasiones frente a Teruel, UD Logroñés, SD Logroñés o Real Unión.
En Mendizorroza también se han resuelto favorablemente partidos anodinos sin apenas oportunidades, como por ejemplo ante el Peña Sport, pero la tendencia en el estadio del Paseo de Cervantes ha sido mucho más parecida a la que el equipo albiazul vivió el pasado domingo en Noja. Es decir, multitud de oportunidades claras desperdiciadas ante rivales que se han visto claramente superados. En muchas ocasiones la endeblez de los oponentes ha dado como resultado un marcador ajustado pero favorable, aunque en otras ha propiciado algunos de los pocos tropiezos que ha sufrido el equipo a lo largo del presente año.
El partido de La Caseta tuvo un desarrollo y un final que ya se ha vivido en varias ocasiones en Mendizorroza, pero que se daba por primera vez a domicilio, donde el Alavés se ha mostrado como un equipo extremadamente solvente capaz de sacar el jugo máximo de cada oportunidad. Ante el Noja, sobre todo en la media hora final, disfrutó de media docena de ocasiones claras, alguna de ellas clamorosa como el mano a mano de Laborda con el portero y el posterior disparo al larguero de Sendoa con la portería vacía, pero le falto ese punto de acierto que tan buenos resultados le ha permitido cosechar en otros compromisos en los que ha conseguido un gol con apenas un par de buenas oportunidades.
aciagas tardes Esta particular tendencia de tener el punto de mira desviado justo en los partidos en los que más ocasiones se generan, lo cual es bastante raro por meras probabilidades matemáticas, ya la ha pagado el Alavés en un par de compromisos anteriores, aunque hasta la fecha siempre había sido en Mendizorroza donde había sufrido esa preocupante falta de acierto en los metros definitivos.
En ningún compromiso de la temporada, ni siquiera juntando unos cuantos, ha tenido el equipo de Natxo González más oportunidades de gol que en el duelo de la primera vuelta frente a la Real Sociedad B. Hasta veinte disparos peligrosos se contabilizaron en el haber albiazul, entre ellos un penalti marrado por Sendoa justo antes del descanso. Pues nada de nada. Imposible fue marcar aquella tarde, una de las dos en las que este equipo se ha quedado sin batir la meta rival. Ante esta desafino, el filial txuri urdin consiguió una efectividad máxima con un gol en el que fue su único remate entre los tres palos para llevarse la única victoria que el Alavés ha cedido en casa.
El segundo choque de ese estilo se vivió ante el Lleida, en el que el conjunto vitoriano disfrutó de sobradas ocasiones de matar el partido tras un gol de Manu García -entre ellas un nuevo penalti fallado, esta vez por Guzmán-, pero que acabó recibiendo un tanto en contra en una jugada aislada que acabó suponiendo el empate final.
Además de estos ejemplos saldados con resultados negativos, ante muchos equipos de la zona baja los resultados han sido demasiado cortos por no ser capaces de aprovechar los alavesistas sus mucha ocasiones, lo que supone una extraña y repetida tendencia que en la visita a Noja tuvo su primer ejemplo del curso a domicilio.