LOS ANGELES GALAXY: Saunders; Franklin, Omar González, Meyer, Dunivant; Wilhelmsson (Min. 74, Buddle), Beckham (Min. 95, Sarvas), Juninho (Min. 76, Stephens), Magee; Donovan y Robbie Keane.
DYNAMO HOUSTON: Hall; Sarkodie (Min. 77, Ching), Boswell, Taylor, Ashe; Boniek García, Moffat (Min. 71, Barnes), Clark, Davis; Bruin y Carr (Min. 59, Kandji).
Goles: 0-1: Min. 44; Carr. 1-1: Min. 60; Omar González. 2-1: Min. 65; Donovan, de penalti. 3-1: Min. 94; Robbie Keane, de penalti.
Árbitro: Silviu Petrescu (Estados Unidos). Mostró tarjeta amarilla a Boswell y Hall, del Dynamo, y a Donovan, de los Galaxy.
Incidencias: Final de la MLS de la Liga Profesional de Fútbol de Estados Unidos, que se disputó en el Home Depot Center, de Carson (California). 30.510 espectadores.
VITORIA. "Haré lo que esté a mi alcance para que sigan viniendo jugadores de calidad como Robbie Keane y Henry". Fue la última proclama de David Beckham, de 37 años, en su despedida de la Liga estadounidense, rubricada con la consecución del segundo entorchado vistiendo los colores de Los Ángeles Galaxy, camiseta tras cuyo desembarco empezó a venderse como churros por simple cuestión estética, aunque el inglés, que sí incrementó los ingresos por asistencias al estadio y la audiencia televisiva, no haya dejado un legado especial en lo futbolístico. El balance en cifras se reduce a 30,8 millones de euros de salario, 18 goles y 40 asistencias en los 98 partidos que disputó con el equipo angelino desde 2007, es decir, a razón de 385.000 euros por encuentro. "Le necesitábamos para impulsar nuestra credibilidad y aumentar la popularidad de cara al exterior", se sinceró el comisionado Dan Garber, aunque el marido de Victoria, tan o más afamada que él, recibiera un alud de críticas en los inicios, rifirrafes incluidos con la gran estrella del club, Landon Donovan, que optó por marcharse un par de veces a la Premier, al Everton, para perderle de vista y relajarse. Una vez reconducido el asunto, los Galaxy llegaron a tres finales en las cuatro últimas temporadas, de ahí que en el recinto californiano se leyeran ayer innumerables letreros de respaldo: We'll miss you Beckham (Te extrañaremos) y I love you Beckham (Te queremos). Y es que, en verdad, la asistencia de fanáticos se incrementó paulatinamente con su esbelta figura, afanada en mil y un anuncios publicitarios: si el promedio en 2006 fue de 15.504 espectadores, en la presente contienda ascendió a 18.807. Como dijo el tabloide británico Daily Mirror, Beckham tenía "una misión concreta en un país donde el mismo Pelé había fracasado". La leyenda brasileña llegó al Cosmos de Nueva York en 1975 por enormes sumas de dinero y con el bombo de los medios para cumplir un objetivo: hacer del fútbol un deporte de interés nacional en Estados Unidos equiparable al baloncesto, meta frustrada.
Los paparazzi nunca han dejado de perseguir a la pareja a la salida de su mansión de Beverly Hills y sus vidas se convirtieron en uno de los temas centrales de las publicaciones rosas de Hollywood. El estatus del matrimonio se elevó por dos razones, pero ninguna de ellas el fútbol. Una, la amistad con celebridades como Tom Cruise y su entonces esposa, Kate Holmes. La otra, una serie de avisos publicitarios de Beckham modelando ropa interior masculina que invadió las calles estadounidenses; mientras la Spice se reinventaba como diseñadora de moda. No en vano, en Oriente Medio y Asia es ahora más reconocida por ser un magnate del estilo que estrella del pop. "Soy un profesional y entiendo que ha llegado el final de una etapa en mi carrera y, aunque Los Ángeles es un lugar muy especial y lo será en mi vida, ahora es el momento de avanzar en otra dirección, pero sin dejar todas las cosas buenas que he logrado aquí", señaló Bekcham, objeto de deseo de múltiples equipos, con el Mónaco entre sus pretendientes. El exjugador del Manchester United y Real Madrid reiteró que continuará ligado a la MLS, que sigue pensando en ser dueño de alguna franquicia. En su última aparición, Carr adelantó al filo del descanso al Dynamo Houston, pero Omar González y Landon Donovan, éste de penalti, remontaron el envite, finiquitado por Keane desde el punto fatídico. Después, el respetable del Home Depot Center despidió a Beckham, arropado por su familia, con un aplauso colectivo. "He logrado poner al público de mi lado", dijo. Probablemente, su mejor cosecha.