Madrid. El Santiago Bernabéu acoge un trepidante derbi madrileño, el primero en los últimos trece años en el que el Atlético de Madrid llega por delante del Real Madrid en la clasificación, con el equipo de Jose Mourinho asfixiado en Liga, obligado a ganar para cambiar el ambiente, y los de Cholo Simeone con la autoestima por las nubes, lanzados para acabar con el gafe.
Es el derbi de los papeles cambiados. Trece años después el Atlético de Madrid llega por encima en la clasificación de su gran enemigo. Ocho puntos de ventaja reflejan la solidez del proyecto rojiblanco. El crecimiento y la madurez gracias a la mano de Simeone. Su admirado Mourinho no da con la tecla en su tercera temporada. Su equipo, en vez de crecer, sufre una involución en su fútbol. Recorre hacia atrás lo andado, hasta quedar en el alambre.
Mourinho ha pasado su semana más difícil desde que es técnico madridista. Con él no hay grises. Y la afición del Bernabéu tiene plebiscito en el derbi madrileño. En Copa, ante el Alcoyano, con un público diferente, los continuos cánticos de un fondo hacia el técnico portugués acabaron provocando el rechazo de una parte de la grada. Silbidos que muestran disconformidad con el momento del Real Madrid. En Liga regresa el aficionado habitual. El examen está servido. El Atlético tiene la oportunidad de incendiar la casa blanca.
Anticipan desde el club que pase lo que pase el puesto de Mourinho no corre peligro. A once puntos del líder Barcelona, el vigente campeón prácticamente se despide del título en noviembre, después de tres derrotas a domicilio (Getafe, Sevilla y Real Betis) difíciles de encajar. Ante el Atlético ya está absolutamente prohibido fallar o la temporada quedará a expensas de lo que ocurra en Liga de Campeones. Los jugadores no han dudado en dar un paso en firme hacia su entrenador. Han arropado a Mourinho en el momento que más expuesto le han visto a la crítica. Iker Casillas dejó de lado diferencias personales para actuar como capitán. Tras la autocrítica por lo ocurrido en el Benito Villamarín (1-0), solo un triunfo sirve de impulso ante la irregularidad.
El Atlético llega con la confianza a tope. Su segundo puesto en el campeonato confirma la fortaleza de un equipo que encara el derbi ante el Real Madrid en su mejor situación desde el doblete y preparado para competir en el Santiago Bernabéu.
Es una prueba mayúscula para el mejor inicio de Liga de la historia del conjunto rojiblanco, que pretender cerrar una racha de 23 derbis consecutivos sin victoria, una maldición que se prolonga desde el 30 de octubre de 1999, cuando venció por 1-3, y que marca, desde hace trece años, cada enfrentamiento con el conjunto blanco.