Bilbao. Un nuevo frente de polémica, esta vez el abandono de Fernando Llorente del entrenamiento de ayer tras una corrección de Marcelo Bielsa, ha ahondado en la convulsión que vive en este curso el Athletic Club, sumido en una crisis deportiva e institucional que no parece tener final a corto plazo.
El desencuentro de ayer del campeón del mundo con su técnico es un capítulo más en la turbulenta temporada que está viviendo el Athletic, una inesperada inestabilidad después de un primer año con Bielsa en el banquillo en el que el conjunto vasco deslumbró a Europa con su fútbol y además alcanzó dos finales, las de Copa del Rey y Liga Europa.
Apenas cuatro meses después y con el verano de por medio, la realidad del Athletic es que no acaba de arrancar en la Liga que ha comenzado con un tropiezo la Fase de Grupos de la Liga Europa; que ha perdido a uno de sus campeones del mundo, Javi Martínez; que parece que a finales de temporada se quedará sin el otro, Llorente; y que la relación entre técnico y el presidente Josu Urrutia se deterioró con la primera polémica a vuelta de vacaciones.
Apenas tres días después de que comenzase la pretemporada, una dura rueda de prensa de Bielsa sobre la marcha de las obras que se estaban realizando en Lezama amenazó la continuidad de un técnico del que la afición del Athletic casi se enamoró la campaña anterior. Una reunión entre ambas partes en el Palacio de Ibaigane abortó la marcha del rosarino, quien, en todo caso, dio por variada su relación con los dirigentes no deportivos de la entidad.
Una ácida comparecencia del técnico ante los medios por iniciativa propia, con acusaciones a club y empresa constructora; una posterior nota también muy dura de la entidad hacia el entrenador y la reunión final en la sede social de la entidad quedaron de aquel primer incidente que no fue sino el pistoletazo de salida de un verano más que inesperado en el Bilbao futbolístico.
Otros capítulos de la crisis rojiblanca los han protagonizado sus campeones del mundo, Javi Martínez y Llorente, ambos decididos a abandonar la entidad. El polivalente jugador navarro lo consiguió después de que el Bayern de Múnich abonase su cláusula de rescisión, 40 millones de euros, y el ariete adelantó al presidente su intención de hacerlo a final de temporada, cuando concluye su actual contrato.
Las intenciones de ambos jugadores cayeron mal en parte de la masa social y de aficionados rojiblancos, entre los que un grupo de radicales increpó en un entrenamiento a las dos estrellas de su equipo como no se recuerda en el Athletic. El último capítulo de Martínez, saltando por la noche la valla de las instalaciones de Lezama para ir a su taquilla y siendo reducido por un guardia de seguridad, no fue precisamente edificante para el navarro. Y el camino que lleva el caso Llorente no parece tampoco de rosas hasta fin de curso para el espigado ariete.
En su día se rumoreó que la continuidad de Bielsa era una de las razones por las que tanto Javi Martínez como Llorente querían abandonar la entidad, pero fue el propio rosarino en que acalló este tipo de rumores asegurando que había preguntado a los jugadores al respecto y que ambos le negaron que fuese así. Sin embargo, el sábado, cuando Bielsa felicitó a sus hombres tras el partido de Anoeta, el riojano y él ni siquiera se miraron a la cara al cruzarse.
Así que serán el devenir del asunto y las respectivas versiones de ambas partes, si las hacen saber, lo que arroje luz a lo ocurrido. Y lo que decida Bielsa en el partido del jueves en Praga ante el Sparta lo que empiece a despejar definitivamente el alcance del caso. Serán los resultados que vaya obteniendo el equipo rojiblanco, malos hasta el momento, lo que dé dimensión a la crisis en la que vive el club y mantengan o no el crédito del técnico rosarino, todavía alto entre los seguidores rojiblancos.