Logroño. Siempre es Oinatz Bengoetxea el más listo de la clase. Siempre. En todos los partidos, el manista leitzarra es capaz de sacarle partido a cada una de las aristas de sus rivales, e incluso a las de su compañero y a las suyas propias. Forjado el delantero en el sotamano explosivo que le impulsó en el mano a mano y curtido en las batallas de calle, con el contraataque con efecto desde la contracancha como una de sus armas más explotadas, es letal. Ayer, por su gracia, Oinatz y Aritz Begino se embolsaron un punto ganado en territorio plúmbeo, bajo el hielo de una pareja rival que no carburó del todo: Sébastien Gonzalez aún sufre porque no se encuentra, y es normal ya que apenas ha tenido oportunidades de encancharse en duelos de primerísimo nivel; mientras que Aitor Zubieta anduvo demasiado gris al final. Si bien el coloso etxarriarra viene de hacer un verano en el que está pudiendo disfrutar del golpe; en el primer duelo del Adarraga fue de más a menos, mostrando una versión alejada de la que tiene acostumbrado al pelotazale. Potencia sin control, cosa rara en él. Así las cosas, la presencia del travieso puntillero navarro dio un plus a su compañero, quien gozó de oxígeno cuando entró en juego Bengoetxea -en una segunda parte de partido activa y rematadora- porque el inicio de Begino tampoco fue para tirar cohetes.
Y es que el principio de ayer fue cemento puro. Sin arabescos ni espectaculares remates, el choque se concentró atrás. Mucha parte de la culpa la tuvo Gonzalez, quien echó pelota a Begino para no entrar en debates incómodos en los cuadros alegres con Oinatz. De este modo, se fueron repartiendo cartones en una suerte de batalla en el que solamente en los primeros ocho tantos hubo dos bien finalizados: un saque del zurdo de Azkaine y un buruz gain de Zubieta. Begino andaba perdido, sin chispa y con el golpe dormido, y Oinatz fuera del mapa debido al planteamiento de los rivales. Sin embargo, lo que parecía que apuntaba a una muerte por inanición acabó por descubrir que la estrategia planeada por Gonzalez y el etxarriarra funcionaba. Presionando al pegador de Autza en los cuadros largos y evitando a Bengoetxea, amanecieron las brechas azules. Aritz no se encontraba y se fajaron sus adversarios en derrumbarle, porque sin martillo atrás Oinatz quedaba sin brigada. Y se estiraron las diferencias en favor del binomio colorado. Zubieta, quien hizo un partido de más a menos, fue en gran medida el artífice de que los cartones corrieran de su lado hasta el 10-6, sacando de sus casillas al guardaespaldas autzarra.
Pero, cuando bajó un poco el pistón el etxarriarra, el poder de Begino impulsó el carácter indomable de Bengoetxea. Entre sotamanos y jugadas marca de la casa -otra vez haciendo de las suyas desde la capacidad defensiva inmensa que atesora- Gonzalez se vio superado y Zubieta desvalido. Restañó la herida el leitzarra e inició una escalada de un tirón. Begino retomó el pulso y los azules dieron con la tecla. Las virtudes de Bengoetxea VI, velocísimo, con piernas de relámpago, sepultaron a Gonzalez delante. El fogonazo puso el 11-17 y entonces la atalaya colorada cayó. Aun así, Sebas y Aitor se acercaron hasta el 15-17, pero volvió a aparecer la gracia de Oinatz.
Duración: 58:39 minutos de juego; 20:09 de juego real.
Saques: 2 de Gonzalez y 1 de Bengoetxea VI.
Pelotazos: 398 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 3 de Gonzalez, 3 de Zubieta, 10 de Bengoetxea VI y 2 de Begino.
Errores: 4 de Gonzalez, 5 de Zubieta, 3 de Bengoetxea VI y 4 de Begino.
Marcador: 3-0, 3-2, 4-2, 4-5, 5-5, 10-5, 10-8, 11-8, 11-16, 12-16, 12-17, 15-17 y 15-22.
Incidencias: Más de media entrada en el Adarraga para presenciar la jornada del grupo B del torneo de San Mateo de mano parejas.