Nueva York. Dos sorpresas completamente inesperadas se dieron en la décima jornada del Abierto de Estados Unidos después que el gran favorito al triunfo, el suizo Roger Federer, número uno del mundo, cayese eliminado ante el checo Tomas Berdych. La osadía deportiva de Berdych hizo posible que Federer cortase una racha de 21 partidos consecutivos ganados al caer eliminado (7-6 (1), 6-4, 3-6 y 6-3) en los cuartos de final.

Una marca histórica que será muy difícil de superar, algo que no le sirvió de consuelo a Federer que al concluir el partido reconoció que no fue su mejor noche y también que Berdych fue superior con su tenis, razón principal por la que perdió el partido y le impidió llegar a los seis títulos del Abierto y el decimoctavo de Grand Slam en su carrera.

El rey del circuito profesional, campeón este año en Wimbledon y medalla de plata en los Juegos Olímpicos, que parecía había vuelto a la cima del tenis mundial para quedarse de nuevo, dejó la duda de si fue sólo una mala noche, o que comienza a perder protagonismo. "Simplemente no jugué bien, no sé lo que pasó, pero mis golpes no fueron los mejores y nunca pude entrar en el partido", reiteró Federer. "Es una pena, pero hay que seguir trabajando y ver todo lo positivo que ha sido el año para mi".

Antes, el argentino Juan Martín del Potro eliminaba al estadounidense Andy Roddick (6-7(1), 7-6(4), 6-2, 6-4), que desde el pasado jueves, en el día de su 30 cumpleaños, había anunciado que el Abierto sería el último torneo que disputase como profesional. Del Potro, como hizo en su momento con el ruso Marat Safin, se encargó de hacer de maestro de ceremonias de la despedida emotiva de Roddick, todo un caballero del tenis dentro y fuera de las pistas.

A-Rod no pudo contener las lágrimas cuando abandonó el campo después de haber dado las gracias a todos los que le apoyaron y le permitieron ganar el torneo en el 2003, para ser el único de Grand Slam que logró de los 32 títulos que consiguió como profesional. La derrota de Roddick entraba en los pronósticos y era la lógica, no sólo por el nivel de juego -inferior al de Del Potro-, séptimo cabeza de serie, sino porque ya estaba anunciada.