Sthepen Cummings (BMC) 4h.05:02''

Cameton Meyer (Orica) a 4''

Joan Antoni Flecha (Sky) a 4''

GENERAL

Joaquim Rodríguez (Katusha)48h.56:17''

Alberto Contador (Saxo Bank)a 13''

Christopher Froome (Sky)a 51''

ferrol. Al final del todo, llega a Ferrol José Joaquín Rojas desencajado por el dolor de la muñeca y arropado por Txente García Acosta. Parece que llora el murciano sobre el mismo lugar en el que poco antes parece que se lamenta Joan Antoni Flecha, el catalán que acaba de ver cómo se les escurría entre los dedos el triunfo de etapa que tuvo cerca. Se lo levantó Steve Cummings, un inglés que no es del Sky. Lo fue hasta finales de 2011. Del Sky y de la escuela inglesa de la pista. Fue plata en la persecución por equipos de Atenas 2004, junto a Wiggins, y campeón del mundo un año después en la misma modalidad. Esa temporada debutó en profesionales con el Lanbouwkrediet, luego corrió en el Discovery Channel, el Barloworld y, en 2010, regresó a casa, al Sky. Duró dos años. Para 2012 había hecho la maleta. Se marchaba al BMC. ¿Por qué? "Porque necesitaba esa frescura. Quería coger aire, hacer otra cosa. Y mira, si no lo hubiera hecho y siguiese en el Sky, no habría podido ganar hoy porque me habría tocado estar en el pelotón, junto a Froome". Por eso, porque no esté en el Sky sino en el BMC, que no tiene ningún líder, dice Cummings que pudo ganar la etapa de ayer en Ferrol. La teoría de Cummings tendría cierta lógica si no fuese porque junto a él en la escapada, además de Viviani, Meyer, Clarke, Gerdemann y De Gendt, estaba Flecha, que es catalán, de Puigcerdá, y además del Sky, el equipo de Froome. Flecha, que defiende a muerte a su líder inglés en cada metro de asfalto, sabe también buscar su oportunidad en etapas complicadas como la de ayer. Un día de viento musculado e irritante, de repechos, un día agónico desde el amanecer. Incontrolable.

No pudo hacerlo el Argos-Shimano del tarzán Degenkolb, que pensó que tenía otra oportunidad de seguir amasando triunfos y aplastando huesos en el sprint y se quitó la idea de la cabeza en un repecho duro y estrecho, unos dos kilómetros a falta de quince o así, que barrió a su equipo del pelotón. Aplacados los perseguidores, los fugados empezaron a hacer sus cuentas. Seis de ellos coincidieron: había que eliminar a Viviani, el esprinter italiano del Liquigas.

el susto de moreno El pelotón estaba desconectado. Solo lo despertó Dani Moreno, que se metió en un corte en el descenso cuando faltaban menos de diez kilómetros, se cobijó a rueda de Steegmans y Kashechkin y ahí se quedó hasta que Purito, su jefe, le dijo por la radio que relevará, que si podía ganar algunos segundos no le vendrían nada mal para escalar en la general. El Movistar, que tiene cuarto a Valverde, y el Rabobank, quinto a Gesink, detuvieron el vuelo del madrileño. La etapa estaba en las piernas de alguno de los de delante, donde ya no estaba Viviani, atascado en el repecho. En las de Flecha, por ejemplo, que soltó un latigazo tremendo a 6 kilómetros de meta que hizo su daño. Cummings, su excompañero en el Sky, fue el que amarró al catalán. Y el que, dos kilómetros después, tras la reunificación, contraatacó con un hachazo de atrás hacia adelante que pilló a Flecha tirando contra el viento, con lo que eso desgasta. "Ha sido en un mal momento para mí", lamentó Flecha, que, de todas maneras, se resistió, se metió a rebufo de Meyer, el único que salió con fuerza a por el inglés, y cuando cogió un poco de aire volvió a darle la cara al viento. A por Cummings.