Bilbao. La Vuelta estrenaba punto de partida de etapa. El lugar elegido, Barakaldo, se volcó con los ciclistas en su salida hacia la cima de la estación de esquí de Valdezcaray. Mayoría de camisetas naranjas para recibir a la carrera, pero aplausos repartidos para todos. La mayor ovación, como no podría ser de otra manera, fue para el líder del Euskaltel-Euskadi Igor Antón, que agradeció los ánimos del respetable firmando autógrafos a sus hinchas incondicionales.
El ciclista del conjunto vasco, Gorka Verdugo, intentó acceder al control de firmas atravesando la marea humana que se agolpaba frente al mismo, pero se percató de que no era buena idea y cambió de dirección mientras recibía peticiones para rubricar autógrafos a los aficionados que le rodeaban .
Los corredores del Movistar y Caja Rural precedieron en la cantidad de vítores y aplausos a Euskaltel-Euskadi. Juanjo Cobo recibió una sonora ovación cuando el speaker insistió en el hecho de que fue el vencedor de la Vuelta el año pasado y que en Arrate se dejó 50 segundos. "Bueno, es lo que toca, ahora a ver si recupero esa diferencia", espetó en respuesta a una pregunta del presentador del evento. Un tímido Beñat Intxausti comentó que se sentía "muy a gusto corriendo en casa". Casi seguidamente, llegaron al mismo tiempo Alejandro Valverde y Joaquim Rodríguez, que provocó las risas del respetable al decir que, con respecto al fallo en meta de Arrate, "el que es tonto, es tonto", mientras el murciano se reía y bromeaba con él. Al final del día los ánimos eran diferentes.
El momento más tenso de la mañana llegó cuando los jueces anunciaron el cierre del control de firmas justo después de que el ciclista del Sky, Christopher Froome, estampara su firma, sin que hubiese aparecido por allí Alberto Contador. El hecho de ver a los comisarios recoger el folio habilitado para que los ciclistas estamparan su firma y bajar las escaleras del puesto sembró la incertidumbre. "¿Le habrá pasado algo?", preguntaba un joven aficionado cariacontecido. Rápidamente llegó un miembro del organigrama técnico del Saxo Bank-Tinkoff para pedir a los jueces que volvieran a su lugar, ya que el ciclista de Pinto estaba llegando. Fue recibido con una gran salva de aplausos que agradeció tímidamente. "Eso no vale, eso es trampa. Deberían descalificarle por llegar tarde a firmar", comentaba irritado un joven seguidor ataviado con una camiseta de Euskaltel-Euskadi.
La jornada tuvo dos protagonistas aparte de los propios ciclistas. El primero, Unax Cañibano, un niño de ocho años que sufre una grave enfermedad y que charló durante unos minutos con Contador, que le regaló un maillot del Tour 2010, en el hotel del Saxo Bank y, posteriormente, visitó el autobús de Euskaltel-Euskadi. Por otra parte, antes de que los ciclistas tomaran la salida, se homenajeó a Juan Tomás Martínez, 'el volcán de Barakaldo'. El exciclista, que a lo largo de su carrera disputó siete Vueltas y cuatro Giros, recibió una placa conmemorativa bajo los aplausos del público y de los ciclistas que esperaban a la conclusión del acto para partir hacia Valdezcaray.