EL ser humano, en su afán de superación, de avanzar en un mundo lleno de dificultades, volvió a demostrar en la jornada de ayer que no tiene límites. Sin duda alguna, Oscar Pistorius se convirtió en el protagonista en el segundo día de competición del atletismo. El día de la despedida de Michael Phelps, el atleta sudafricano, que a los once años de edad sufrió la amputación de ambas piernas por debajo de la rodilla, se convirtió en el primer atleta discapacitado en competir en unos Juegos Olímpicos. Lo hizo por la mañana, en las series de clasificación de los 400 metros, en los que consiguió la clasificación para las semifinales.

La participación de Blade Runner Pistorius no estuvo exenta de polémica. Desde que hace varios años manifestase su intención de competir con atletas no discapacitados, muchas fueron las voces críticas que se opusieron a la idea del sudafricano -entre ellos la IAAF-, entendiendo que las prótesis de carbono que lleva pudieran darle un plus de velocidad. Desestimada tal posibilidad, pues numerosos estudios han demostrado que no obtiene ningún beneficio, Oscar Pistorius vio cumplido su sueño olímpico en la cita londinense -tras no conseguir la clasificación para Pekín- y lo hizo, además, por todo lo alto.

El atleta sudafricano, que ya compitió en los últimos mundiales de atletismo, celebrados el año pasado en Daegu, partió en la primera serie por la calle 6, moviendo a gran velocidad las prótesis de carbono que utiliza en ambas piernas. En una carrera de cinco y en la que se clasificaban los tres primeros, Pistorius solo fue superado por el dominicano Luquelín Santos, campeón mundial júnior, que venció con un tiempo de 45.04, seguido del sudafricano, que hizo su mejor marca del año (45.44), aunque el atleta asegura que ha llegado a correr en 45.20 este año.

Blade Runner superó los nervios con los que amaneció y, con el apoyo del público que abarrotó el estadio olímpico, logró clasificarse para las semifinales y hacer historia en unos Juegos Olímpicos. "Estaba muy nervioso esta mañana -por ayer-. Me daban ganas de llorar porque siento una mezcla de emociones. Ha sido una experiencia maravillosa, con el público animándome en masa. He corrido tantas veces en Gran Bretaña que me siento como en casa", declaró Oscar Pistorius.

El objetivo del sudafricano no se detiene aquí. El atleta se ha propuesto "obtener un puesto digno en semifinales", además de participar en el relevo 4x400 -prueba en la que fue plata en Daegu- , en cualquiera de las postas. La IAAF le permite correr no solo la primera, en las que los atletas corren cada uno por su calle, sino también en las posteriores, que se disputan en grupo. Este hecho, el de la inclusión del atleta en el relevo 4x400 ha sido una de las decisiones que más polémica ha suscitado entre el resto de participantes, pues muchos de ellos manifestaron el peligro que podrían acarrear las prótesis del sudrafricano en caso de choque, especialmente en el momento del cambio de posta.

un hombre ambicioso Después de Londres, Pistorius, que competirá también en los Paralímpicos, se ha fijado como su meta participar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016, cuando, con 29 años, espera alcanzar la cumbre de su carrera deportiva. "A medida que progresas, tus objetivos son más difíciles, tu conocimiento es mejor y empiezas a ajustar todo mucho más. La presión que te pones en cada competición es gigante. Es difícil a veces, pero si te esfuerzas mucho y vives esto, es simplemente alucinante", reconoce el sudafricano, que ayer cumplió su sueño olímpico.