londres. El judoca cubano de la categoría de menos de 100 kilos Oreydi Despaigne quedó descalificado ayer en octavos de final ante el uzbeco Ramziddin Sayidov por considerar los árbitros del combate que mordió la mano de su rival en un lance cuando faltaba medio minuto para terminar un combate que, además, iba ganando, sumando así un nuevo capítulo a las polémicas decisiones que están tomando los jueces deportivos durantes estos Juegos Olímpicos de Londres.

La acción, algo confusa, se produjo cuando el cubano dominaba el marcador por un waza-ari contra dos yukos del rival. El uzbeco lanzó la mano para coger la solapa del kimono de Despaigne, pero calculó mal y puso el dedo en la boca del cubano. Sayidov se quejó de que el cubano le había mordido y los jueces, después de consultar con la comisión de arbitraje, decidieron decretar la descalificación del judoca.

Despaigne se mostró muy disconforme con la decisión cuando se retiraba abatido hacia los vestuarios. "Me siento bien con la competición que hice pero defraudado por esta injusticia. Él me tiró la mano a la boca, me la partió. ¡Mirad! ¡Todavía la tengo hinchada!", dijo el cubano resignado.