HOLANDA: Stekelenburg; Van der Wiel (Min. 85, Kuyt), Heitinga, Vlaar, Willems; Van Bommel, De Jong (Min. 71, Van der Vaart), Robben, Sneijder; Afellay (Min. 71, Huntelaar) y Van Persie.

DINAMARCA: Andersen; Jacobsen, Kjær, Agger, S. Poulsen; Zimling, Kvist; Rommedahl (Min. 85, Mikkelsen), Eriksen (Min. 73, Schone), Krohn-Dehli; y Bendtner.

Goles: 0-1: Min. 24; Krohn-Dehli.

Árbitro: Damir Skomina, de Eslovenia. Amonestó a Van Bommel, S. Poulsen y Kvist.

Incidencias: 32.000 espectadores en el Metalist Stadium de Kharkiv.

Dinamarca puso patas arriba el grupo de la muerte a la primera. Los nórdicos partían como víctimas, pero salieron del estadio de Kharkiv proclamando a los cuatro vientos que mueran otros. Holanda, el subcampeón mundial en ejercicio, ve comprometido su futuro en la Eurocopa por culpa de su escasa pegada. Contar con dos delanteros como Van Persie y Huntelaar, que han marcado más de 80 goles hasta llegar a Ucrania, no garantiza nada, según se comprobó ayer.

Los holandeses, sin hacer un fútbol excelso, generaron ocasiones suficientes ocasiones para que el resultado hubiera sido otro. Pero pecaron de falta de claridad en las cercanías del área grande. Dinamarca hizo lo contrario. Morten Olsen ha armado un bloque ordenado, que no se descompone y que juega sencillo y eficaz. Su primer remate fue gol.

No hay peor cuña que la de la propia madera y Michael Krohn-Dehli, un jugador con buena pinta, escaso recorrido internacional y formado en el fútbol holandés, sorprendió al recoger un balón cerca de la frontal, atravesar la defensa y batir a Stekelenburg con un duro disparo entre las piernas. Era el minuto 24 y, para entonces, los naranjas ya habían gozado de tres buenas oportunidades para adelantarse.

Sin exquisiteces, algo imposible con De Jong y Van Bommel en el mando de las operaciones, Holanda conseguía llegar a la frontal con cierta ventaja. El juego se volcaba hacia Robben, pero el jugador del Bayern Munich tenía uno de esos días atropellados. Entre él, con un remate al poste pasada la media hora, y Van Persie dilapidaron un buen número de ataques. Tras su gol, los daneses trataban de salir a la contra apoyados en la limpieza de Zimling, pero la consigna era evitar pérdidas en zonas comprometidas y arriesgar lo justo. Solo Krohn-Dehli volvió a inquietar con un disparo que atajó Andersen, muy seguro toda la tarde.

Holanda tenía razones para marcharse preocupada al descanso, aunque nada cambió a la vuelta de vestuarios ni en su manera de hacer ni en su efectividad. Nula. Robben, Affelay, Heitinga, de nuevo Robben, volvieron a rondar sin éxito el gol mientras los minutos se consumían y Dinamarca, que había retirado al intrascendente Eriksen, se encontraba cómoda en un escenario inesperado.

Krohn-Dehli, suyos fueron los tres disparos más peligrosos de su equipo, hizo trabajar de nuevo al guardameta holandés en el minuto 70 justo antes de que Dirk Van Marwijk decidiera que ya era el momento de buscar algo distinto. Van der Vaart y Huntelaar aparecieron en escena para buscar creatividad y pegada, pero ni una cosa ni otra. El delantero del Schalke 04 gozó de una buena ocasión en su primer contacto con el balón tras un excelente pase de Sneijder, pero Andersen le achicó bien.

el efecto contrario Fue el último cartucho de un equipo que donde necesitaba pausa y paciencia para encontrar los huecos en el muro danés encontró, curiosamente, desorden y prisa porque el paso de los minutos acercaba una derrota con la que nadie vestido de naranja contaba. Los últimos 20 minutos, pese a juntar a los buenos, fueron un ejercicio de impotencia, de bajada de brazos, de Holanda que ya no volvió a ver el gol de cerca porque Dinamarca logró alejar el balón de su área. Solo un posible penalti por mano de Poulsen pasado el minuto 90 pudo cambiar un resultado al que Holanda se hizo acreedor por su falta de pericia en el remate y que Dinamarca, en su modestia, mereció por su buen trabajo colectivo.

Desde hace unos meses, se sabe que en el fútbol no siempre ganan los mejores y Holanda, uno de los favoritos para ganar la Eurocopa, se ha metido en un lío. En el 'grupo de la muerte' es el primer candidato a pasar por la guillotina. Dinamarca, al que le correspondía ese papel, se lo cedió en Kharkiv. Que mueran otros.