Melbourne. El español Rafael Nadal sumó ayer un negativo registro al convertirse en el primer jugador en la era Open que pierde tres finales consecutivas de Grand Slam. Nadal, acostumbrado a coleccionar récords en su carrera profesional, ha sumado esta vez uno que no deseaba. Además ha perdido las tres finales ante el mismo jugador.

El tenista español comenzó este registro tras perder la final de Wimbledon ante Djokovic (6-4, 6-1, 1-6 y 6-3), quien volvió a ganarle en el Abierto de Estados Unidos (6-2, 6-4, 6-7 y 6-1). En la final de Australia y tras casi 6 horas de lucha titánica, el jugador serbio volvió a cerrar las puertas a Rafael Nadal cuando éste se disponía a sumar el undécimo título de Grand Slam de su carrera.

La final del Abierto de Australia que han disputado el serbio Novak Djokovic y el español Rafael Nadal, con triunfo para el jugador balcánico, se ha convertido en la más larga en la historia de los torneos de Grand Slam, con una duración de 5 horas y 53 minutos.

La final número cien en la historia del primer Grand Slam de la temporada batió a la del Abierto de Estados Unidos de 1988, en la que el sueco Mats Wilander ganó al checo Ivan Lendl en 4 horas y 54 minutos.

Además, la final también se convirtió en el partido más largo en la historia del Abierto de Australia, tras superar a la semifinal que en 2009 protagonizó también Nadal, ante su compatriota Fernando Verdasco, que duró cinco horas y 14 minutos. En aquella ocasión, el resultado fue favorable a Rafael Nadal, quien acabaría ganando el torneo, por 6-7, 6-4, 7-6, 6-7 y 6-4. Ayer, sin embargo, la suerte no sonrió al jugador de Manacor.

Además esta final supera un nuevo récord, ya que el ganador se ha llevado el mayor premio en metálico repartido en la historia de los Grand Slam, con 2,3 millones de dólares australianos (1,85 millones de euros, 2,45 millones de dólares), por lo que no resulta de extrañar que Djokovic asegurar que había ganado "el partido más importante" de su carrera.

El tenista serbio señaló sin ambages, tras conquistar su tercer Abierto de Australia, que la final de ayer supuso su victoria más memorable. "Realmente sí que es la victoria más importante de mi carrera", aseveró Nole. "Wimbledon lo es también porque es el torneo que siempre soñé ganar, pero esto es increíble, ganar tras seis horas de juego... Cuando he oído que ha sido la final más larga de la historia me ha hecho llorar", aseguró el jugador balcánico.

"Estoy muy orgulloso de formar parte de la historia, formar parte de una elite de jugadores que han ganado varias veces este torneo. Es increíble", insistió. Respecto al partido, el número uno mundial señaló: "Tuve muchas oportuidades de acabar el partido en el cuarto set, pero él me devolvió puntos increíbles y muy buenos servicios. Consiguió llevar el partido al quinto set y ahí cualquiera de los dos pudo ganar el partido".

"Notaba que mi cuerpo comenzaba a ir más lento, pero por otra parte, también sabía que él tampoco se sentía fresco y cómodo en la pista. Intenté mentalmente seguir ahí, mantener la compostura, las emociones, incluso cuando estaba 4-2 abajo pensaba que podía dar la vuelta, a pesar de estar al límite", explicó.

Cuando se le cuestionó si lo sentía por Nadal, apuntó: "Yo estuve en esa misma posición hace un par de años, cuando perdía la mayoría de las semifinales y finales contra él y Federer. Pero, como dije en la pista, desgraciadamente solo puede haber un ganador porque ambos lo dimos todo, el cien por cien de nuestras posibilidades". "Desgraciadamente, no puede haber dos ganadores, pero él merecía también ganar esta noche, diría lo mismo si estuviera aquí sentado como perdedor", finalizó el tenista serbio, desfondado por el esfuerzo pero feliz.