vitoria. Apenas cuatro días después de abandonar el punto más meridional del planeta, la expedición Naturgas/BBK Transantartika 2011 continúa progresando sobre el hielo hacia su destino en la Bahía de Hércules, el estuario helado donde está previsto finalizar esta interminable travesía que ha puesto a prueba la determinación de unos intrépidos hombres hechos una pasta especial. Con viento poco favorable en dirección Este, los expedicionarios avanzaron el lunes otros 90 kilómetros, con una ligera desviación de rumbo, y se encuentran ya a 800 kilómetros de su ambicioso objetivo.
Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza se muestran optimistas y confiados en rematar en breve la faena. No en vano, han completado ya más de tres cuartas partes del recorrido, la superficie sobre la que se desplazan sus trineos ha mejorado considerablemente y no hay rastro de los sastrugi. La mejoría de las condiciones climáticas es otro punto a favor, ya que la temperatura mínima es de 20 grados bajo cero, muy lejos de los -45 que llegaron a soportar. Para ayer martes, el pronóstico anunciaba además vientos de 20 a 25 kilómetros por hora, mucho más propicios que los de la jornada precedente.
De cara a los próximos días, el mayor problema residirá a juicio de los expedicionarios en el cansancio y el desgaste acumulados. El esfuerzo y la prolongada exposición al frío antártico durante los últimos 50 días dejan su huella en el cuerpo de los tres integrantes de la Transantartika 2011. "Los 20 grados bajo cero que hace un par de semanas hubieran sido recibidos casi como una bendición, son ahora cada vez más difíciles de soportar, a pesar de los tejidos técnicos de última generación con los que estamos confeccionando todas nuestras prendas", aseguran visiblemente preocupados.
El régimen alimenticio comienza a ser también un inconveniente. En las condiciones extremas de la Antártida, los entendidos señalan que es necesario ingerir casi 5.000 calorías diarias repartidos en tres comidas, pero la monotonía de una dieta fundamentada en barras energéticas, arroz blanco, pasta, galletas y preparados de hidratos -mantenida durante casi 50 días- llega a saturar de tal modo que hasta alimentarse llega a suponer un esfuerzo ímprobo para los expedicionarios.