hoy toca hablar de historia. Y me voy a remontar a 1588, año en el que los continuos ataques piratas contra navíos españoles y el apoyo de Isabel I a los protestantes holandeses decidieron a Felipe II a armar una flota para atacar Inglaterra. Así, el 20 de mayo, 130 buques zarparon desde Lisboa rumbo al canal de la Mancha. Tras varios escarceos en el canal, la Armada Invencible se vio obligada a tomar rumbo hacia las costas de Escocia, donde las continuas tempestades dispersaron definitivamente a la flota en su intento por volver a España. Vamos. La expedición terminó en un auténtico desastre. "No mandé a mis naves a luchar contra los elementos" es una frase que se le atribuye a Felipe II al conocer la noticia de esta derrota de la Armada Invencible.
Una frase que también se le puede aplicar al Deportivo Alavés en el semiencuentro de ayer en Lezama ante el Athletic B, donde el equipo comenzó bien plantado (no parecía el mismo que el que siete días antes había defraudado en su estadio) en un terreno de juego que a cada minuto que pasaba se estaba poniendo más y más pesado lo que hacía difícil que circulara el balón. Se le notaba al equipo serio y centrado y por momentos se estaba imponiendo a los jugadores bilbaínos, pero no pudo hacer efectiva esa superioridad porque las inclemencias meteorológicas se lo impidieron. O el árbitro, tanto da, que fue quien dictaminó la suspensión del encuentro; decisión, por otra parte, bien tomada porque era imposible jugar al fútbol en la piscina en la que se estaba convirtiendo el terreno de juego.
Y cuando ocurre este tipo de acontecimientos solemos tirar de hemeroteca y buscamos a ver en cuántas ocasiones se ha suspendido un encuentro del Alavés una vez de que se haya iniciado este. En el fútbol español moderno, la suspensión de un encuentro por la lluvia es un hecho inusual, son contadísimas las ocasiones en las que se ha tomado esta determinación (una final de Copa entre el Deportivo y el Valencia me viene a la memoria). Por culpa de la nieve ya es otra historia, aunque cuando el encuentro se disputaba en Mendizorroza se hacía lo indecible para que el terreno de juego estuviera en las mejores condiciones para la disputa del encuentro. Aun así, recuerdo que en dos ocasiones se han tenido que aplazar sendos partidos por la nieve, sin haberse iniciado: contra el Getafe, en la temporada 03-04, y más recientemente contra el Celta B hace dos años.
Anteriormente, en diciembre de 2001, se suspendió un encuentro en Vallecas también por culpa del blanco elemento. Si lo hubiéramos ganado habríamos llegado al descanso navideño líderes. Curiosamente, este encuentro se suspendió ya por la mañana aunque por la tarde se reunieran sobre el césped nevado los árbitros y los directivos del Rayo a inspeccionar el mismo y decretaran oficialmente la suspensión. Nosotros, en cambio, habíamos puesto rumbo a Vitoria unas horas antes por temor a que la nieve terminara por cortar la carretera. Suspensiones ninguna de ellas fuera de lo normal, no así las que se producen en América latina donde son de lo más pintorescas: por agresiones, por ataque de abejas africanas asesinas o por un tiroteo. ¡Menudos elementos!