Bilbao. El nuevo proyecto del Athletic, con Marcelo Bielsa al frente de la dirección técnica, no termina de arrancar y, después de tres derrotas seguidas y sumar un punto de los 12 posibles, ya está en puestos de descenso con cuatro jornadas disputadas. Que solo se hayan jugado todavía cuatro partidos es quizás lo más positivo para el equipo bilbaíno, poco sólido en lo que va de campeonato y todavía adaptándose a una manera de jugar radicalmente opuesta a la de los últimos años. Con Bielsa, el Athletic pretende mantener la iniciativa en el juego y buscar el área rival a través de una veloz y fluida circulación balón. Muy diferente al fútbol centrado en los balones largos hacia Fernando Llorente que proponía en la mayoría de las ocasiones Caparrós.

Un cambio drástico al que todavía no se le ven los frutos y ha puesto muy nerviosa a la afición de San Mamés, que no se explica muchas cosas del Loco. Como el retrasar a la defensa a Carlos Gurpegui o Javi Martínez, principales sostenes en la medular en los últimos cursos. Choca especialmente en el caso del campeón del mundo, que bordó de medio centro el Europeo Sub'21 en el que España logró su billete olímpico.

El entorno rojiblanco, escamado por anteriores malos inicios de temporada que complicaron mucho el futuro y falto de fe en la propuesta del técnico, comienza a añorar el resultadismo de Caparrós y a cuestionar la elección de Bielsa como el más idóneo para el banquillo.