Santa cruz de Tenerife. La Vuelta a España podría trasladarse a las Islas Canarias el año que viene. La organización quiere disputar cuatro etapas de montaña en la edición de 2012, concretamente en el Teide (Tenerife, 3.718 metros) y en el Pico de las Nieves (Gran Canaria, 1.949 metros), según manifestó ayer el director de la Vuelta, Javier Guillén, tras mantener un primer encuentro con el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, en la sede de Presidencia en Santa Cruz de Tenerife. "Para la Vuelta es importante hacer cosas nuevas, la Vuelta se ha subido desde hace años al carro de la innovación e innovar es proponer cosas nuevas. Esas propuestas se buscan en sitios donde no se ha ido o hace mucho que no se va, como Canarias", afirmó Guillén tras su encuentro con Rivero.
"Es importante incorporar la Vuelta a los iconos que tiene Canarias, pero no queremos venir de cualquier forma, queremos venir de forma rotunda y aunque estamos en una etapa inicial, queremos explotar lo mejor que tiene Canarias", agregó. "Canarias tiene una montaña muy atractiva y la Vuelta quiere participar de esa montaña", subrayó. Aunque reconoció que no es fácil la logística que supondrá llevar desde la Península a Canarias toda la infraestructura de la Vuelta, Guillén señaló que "teniendo voluntad y medios lo podemos hacer".
Por su parte, Paulino Rivero indicó que para Canarias, donde ya estuvo la Vuelta a finales de los 80, es muy importante la vuelta de la ronda ciclista para las islas "porque todo lo que signifique proyección exterior es importante para nosotros".
buena predisposición "Hemos escuchado la propuesta inicial del director de la Vuelta y hemos mostrado la mejor disposición, y trabajaremos sobre ello", subrayó Rivero. Según Guillén, sería relevante para el ciclismo explotar "lo mejor" que tiene Canarias. El Teide, "una montaña muy atractiva que, sin duda, es cuando menos la más alta de Europa en lo que a nivel ciclista se refiere". "La Vuelta necesita de esta montaña", remarcó. De hecho, ha resaltado que la dureza de El Teide o el Pico de las Nieves tendría el mismo efecto, si no más, que puertos como la Bola del Mundo, Angliru, Mortirolo o Tourmalet, que ya han entrado en la historia del ciclismo precisamente por su dureza.