shanghai. "Me gusta competir con él. Es uno de los mejores competidores". Así alababa Ryan Lochte a su íntimo amigo Michael Phelps ayer después de que ganara el oro en los 200 metros estilos y batiera el récord mundial que él mismo tenía desde Roma 2009.

Este triunfo era impensable entre el 2003 y 2008, lustro en el que Phelps era el rey de la piscina. Pero, para entonces, Lochte ya sabía que lo suyo era la natación, una vez que su familia se trasladó a Florida. Hijo de un exnadador universitario y actual entrenador, Ryan Lochte tenía el talento para nadar los estilos y su carrera iba en ascenso, cuando en los Juegos Olímpicos de Pekín se encontró con dos dificultades: una indigestión por empacho de hamburguesas y Phelps.

Phelps. Ese era el hombre que tenía que batir para convertirse en el mejor nadador de la época puesto que había nacido un año antes que el de Baltimore. No era un reto sencillo puesto que Phelps tenía el dominio absoluto durante esos cinco años. Pero a Lochte no le importó e hizo todo lo posible para conseguirlo. El nadador estadounidense cambió su rutina de entrenamientos: fueron más duros e innovadores con el objetivo de ganar músculo para incrementar la eficacia y la frecuencia de brazada. Pero no sólo eso. También mejoró el nado subacuático para obtener mayor ventaja durante los quince metros que los nadadores pueden estar bajo el agua después de las salidas y los virajes.

A Doggy, como le llama su buen amigo Phelps y compañero de entrenamientos en Gainesville (Florida), no le bastó con modificar sus entrenamientos habituales. Además de eso, tuvo que dejar de ir al Mc Donalds a diario y ya solo va una vez por semana. También tuvo que disminuir su actividad nocturna en bares y prestar un poco más de atención cuando iba en moto o bailaba break dance, que ya le mandó al quirófano para una operación de rodilla en 2009 y este año un accidente con su 'scooter' casi le impide asistir a los Mundiales de Shanghai.

su ascenso La variación de sus entrenamientos empezó a dar sus frutos en Roma 2009. En aquella ocasión, batió el récord que ostentaba Michael Phelps en los 200 metros estilo desde Pekin 2008 en 1:54,23 y lo redujo hasta 1:54,10.

En los Mundiales de Shanghai volvió a disminuir esa marca en una décima y lo estableció en 1:54,00 en la misma prueba que se disputó ayer. Lochte se vio las caras con Michael Phelps en una jornada que fue fructífera para la natación estadounidense después de que los dos nadadores lograran las medallas de oro y plata. Doggy fue quien se llevó el gato al agua en unos 200 metros estilo donde en los primeros 50 mariposa se adelantó Phelps con seis centésimas de ventaja. Pero, Lochte supo resarcirse de esa desventaja que obtuvo durante el primer largo y en los siguientes 100 metros, 50 de espalda y 50 de braza, el estadounidense aventajó a Phelps en 29 centésimas. En el último largo, a crol, el de Baltimore redujo la ventaja, pero no fue suficiente y Ryan Lochte se alzó con el triunfo y estableció el nuevo récord mundial en 1:54,00.

No es la primera medalla que Ryan Lochte le arrebata a Michael Phelps en estos Mundiales. Ya lo hizo el martes cuando obtuvo el oro en la prueba de 200 metros libres, mientras que Phelps solo consiguió el oro en los 200 metros mariposa, la única vez que subió al cajón más alto de las cuatro posibilidades que ha tenido. Unas estadísticas que Phelps intentará batirlas en la próxima cita importante: los Juegos Olímpicos de Londres 2012.