buenos aires. Algo sucede en esta Copa América. El fútbol brilla por su ausencia, carece de esencia, de frutos. Los cuatro primeros duelos del torneo latinoamericano han arrojado un balance bastante pobre, sobre todo en lo que al nivel realizador de los equipos se refiere. Tres goles en los cuatro partidos partidos son muy pocos. Poquísimos para un fútbol habitualmente alegre, por tradición más despreocupado y menos encorsetado que el europeo.
En los dos encuentros disputados el domingo se confirmó esta tendencia. Y también quedó patente que los favoritos no lo son tanto. Brasil se sumó al carro de Argentina y ofreció una paupérrima imagen en su debut. Se vio incapaz de pasar del empate ante la selección venezolana, que incluso gozó de oportunidades para haberse llevado el triunfo. Pero en esta Copa América el gol está caro. Y no hubo ninguno. Como tampoco lo habría en el Ecuador-Paraguay, una oda al aburrimiento.
El Grupo B completó su primera jornada con un doble empate entre cuatro equipos atascados que no ofrecieron ni goles, ni ocasiones, ni juego que regalar al aficionado al fútbol. La ganadora de las dos últimas ediciones de la Copa, Brasil, no le sacó brilló a sus figuras, mientras Paraguay y Ecuador no quisieron dañarse y también empataron a cero. Todo queda en tablas en un grupo que, a priori, no parecía demasiado complicado para la selección canarinha.
Diez minutos de avalancha brasileña y ochenta de juego trabado resumen el debut de Brasil en la Copa América. La estrellas no lucieron, bien controladas por una Venezuela que pareció tener muy en cuenta como Bolivia paró a Argentina. Neymar arrancó gambeteador pero se fue diluyendo como Robinho y Pato, autor del balón al palo en la primera parte. El tridente de Menezes no asustó y tras el descanso probó con un 9 nato como Fred, pero tampoco mejoró Brasil.
Leiva y Ramires, demasiado músculo para el centro del campo, aguantaron con suficiencia el poco ataque rival, y volvieron a demostrar que no tienen capacidad para hacer jugar a la verdeamarelha. Venezuela sí festejó un punto histórico logrado con un gran esfuerzo defensivo, aunque con los delanteros Rondón y Miku aislados y en guerra con los espigados defensas rivales.
Paraguay y Ecuador completaron un día negro de fútbol con un empate a nada en el que sobresalió Marcelo Elizaga, el portero más longevo del torneo, con 39 años. Frenó a Ortigoza en la mejor ocasión del choque y dio la seguridad que necesita una defensa. Ecuador también tuvo su jugada de gloria, pero como el resto quedó en nada. La Copa América nace yerma.