Londres. El Gran Premio de Bahrein empieza a convertirse en una prueba fantasma, de la que todo el mundo habla pero, a tenor de los últimos acontecimientos, no parece que vaya a convertirse en una realidad esta temporada. Ayer, Bernie Ecclestone, mandamás de la Fórmula Uno, consideró "imposible" celebrar el próximo mes de octubre el premio de Oriente Medio, que tuvo que ser pospuesto el pasado mes de marzo por los problemas políticos que vive el país. Bahrein iba a ser este curso la primera carrera de la temporada en el calendario, pero la Federación Internacional de Automovilismo decidió posponerla en su momento aunque la semana pasada la postergó hasta el mes de octubre confiada en que las consecuencias de la revuelta de la comunidad chií tocara a su fin.
Pese a todo, Ecclestone fue ayer muy claro a la hora de descartar que la Fórmula Uno vuelva a los Emiratos esta temporada, si bien dejó la puerta abierta a que Bahrein vuelva a organizar carreras a partir de la próxima temporada una vez que consiga superar sus problemas políticos y sociales. "Esperamos poder volver en el futuro, pero desde luego ahora no está programada", se limitó a asegurar el dueño británico a la BBC. "El calendario no se puede reprogramar sin el acuerdo de los participantes", manifestó posteriormente Ecclestone después de que once equipos de Fórmula Uno rechazaran la semana pasada la decisión de la FIA de celebrar el Gran Premio en Bahrein en el próximo mes de octubre. Ahora, el gran circo de la F-1 se centra en la próxima carrera, el Gran Premio de Canadá que se celebrará en el circuito Gilles Villeneuve.