Barcelona. El Barça celebró ayer por las calles de Barcelona, inundadas de seguidores azulgranas, su cuarta Copa de Europa con un recorrido por la ciudad que se convirtió en un homenaje masivo a los campeones europeos. La capital catalana, que se llenó con 850.000 aficionados blaugranas, según cifras de la Guardia Urbana, volvió a salir a la calle para rendir tributo a los de Pep Guardiola, vencedores el pasado sábado de la Liga de Campeones en Wembley, el escenario también de la Copa de Europa de 1992.
Sin tiempo casi de asimilar la apabullante victoria azulgrana (3-1) sobre el Manchester United -abultada más por el juego que por el resultado-, los aficionados se desplazaron para agradecer de cerca los logros de una generación de futbolistas que ya son leyenda en la historia del club.
Las avenidas se llenaron y colapsaron por el vendaval de seguidores ataviados con toda la indumentaria culé: banderas, bufandas, camisetas de todo tipo: nuevas, viejas y vintage y hasta pancartas de ánimo. Los jugadores correspondieron la masiva presencia, y aún con fuerzas tras el gran esfuerzo del sábado, se animaron a bailar al ritmo de la música y de los coros de "campeones, campeones".
No faltó la música de la novia del central Gerard Piqué, Shakira, -que ayer actuó en el Estadio de Montjuïc con la presencia confirmada de los jugadores-, con canciones como el Waka-waka del Mundial de fútbol o Loca. Fue el momento de ver a los jugadores en una faceta diferente a cuando se visten de corto encima del césped. Así, los seguidores pudieron observar a Sergio Busquets con una bufanda atada a la cabeza, a Bojan Krkic empapado de arriba a abajo de cerveza o a Javier Mascherano demostrando que también es polivalente cuando se pone a bailar.
El clan brasileño -Dani Alves, Thiago Alcántara y Adriano- mostró que llevan la samba en los genes, y otros jugadores fundamentales como Leo Messi, Xavi Hernández, o el orgulloso asturiano David Villa -con la bandera del Principado siempre a su lado- también se dejaron ver.
pep, en un segundo plano En cambio, Guardiola prefirió quedarse en un segundo plano en el autobús de los campeones, que estaba presidido por los dos grandes títulos que ha conseguido el Barça esta temporada: La Liga de Campeones y la Liga española.
Un recorrido iniciado en el Puerto y que continuó por el paseo Colón, Via Laietana, Pau Claris, Gran Vía, Paseo de Gracia, calle Aragón, avenida de Roma, calle de Comte d'Urgell, avenida de Sarrià y travessera de les Corts hasta el Camp Nou, y que finalmente se completó en un tiempo récord, una hora antes de los previsto.
Guardiola, al que le costó un buen rato salir a la parte descubierta del autobús, dejó todo el protagonismo a sus jugadores, aclamados por un público de todas las edades en una jornada claramente festiva y alejada de los incidentes de la madrugada en Canaletes. Tras el paseo-homenaje por la ciudad, el abarrotado Camp Nou esperó con ansia los parlamentos de los jugadores azulgrana para poner punto y final a una nueva temporada de éxitos y gloria con claro color azulgrana.
Más que si fuera un clásico, más de cien mil espectadores abarrotaron las gradas del Camp Nou en la celebración de la Champions conquistada en Wembley, una fiesta breve, en la que sólo se dirigieron a los espectadores ocho futbolistas y que finalizó con un espectáculo piromusical. Ya fuera por las prisas por acudir al concierto de Shakira, la pareja sentimental de Gerard Piqué, que actuó a continuación en el Estadio Olímpico de Montjuic o porque el cansancio de los festejos hizo mella en el equipo, los futbolistas no estuvieron tan elocuentes como en la celebración por la Liga de hace unos días.
Instalados en una tarima situada en el centro del Camp Nou, donde posaron con las Copas de la Liga y de la Champions, conquistadas junto con la Supercopa de España este año, el discurso más afilado fue el de Piqué, quien reclamó que los triunfos del Barça son en buena lid.
"Nosotros, ni nos drogamos ni nos tiramos (al suelo) ni compramos a los árbitros, sólo jugamos a fútbol. Os espero a todos ahora en el estadio olímpico en el concierto de la Shakira", dijo Piqué entre las risas de sus compañeros y los aplausos de los aficionados. Víctor Valdés reivinduicó la catalanidad del Barça al atar una bufanda con la senyera en la copa de la Liga. "Falta un pequeño detalle para completar esta fiesta, que se enteren. Os debíamos una (Champions) desde el año pasado y aquí la tenéis, desde Wembley para todos vosotros", recalcó. Carles Puyol, por último, pidió a los aficionados que lo celebren porque "cuesta mucho" ganar estos títulos y Xavi Hernández, uno de los más destacados en la final de ayer, recordó sin ambages que este equipo "es cojonudo".