vitoria. Falta el broche a un curso que ha sido para enmarcar. En esas está Patri Pinedo. La amurrioarra, junto a sus compañeras del Itxako, busca remontar los dos goles de desventaja ante el poderoso Larvik noruego para poder así celebrar el título de campeonas de Europa. En el cuadro navarro son conscientes del potencial del rival, pero confían en sus posibilidades.

Tras el buen resultado de la ida, ¿cómo se encuentra el equipo?

Estamos con esperanza porque la eliminatoria está abierta, aunque es un resultado un poco engañoso ya que son sólo dos goles, pero marcamos pocos, por lo que habrá que ganar por más de tres. Pese a todo, estamos con esperanzas.

¿Siente que hay más nervios y tensión entre las compañeras que en cualquier otra ocasión?

Eso está claro. Es una final de Champions, algo que se da muy pocas veces en la vida y sabemos que estamos ante una oportunidad que igual no se vuelve a repetir y sí se palpa algo más de nervios entre la gente.

Toda esa tensión previa, ¿podría degenerar en ansiedad o saben cómo afrontar estas últimas horas?

Bueno, hay nervios, pero son unos nervios que se requieren. Cuando afrontas una final, hacen un poco de falta. Es necesario tener esta actitud, estar activa y muy pendiente de todo, pero siempre para positivo, nunca para negativo.

El partido está siendo una locura en Estella, hasta el punto de que se podrían llenar dos pabellones como el Anaitasuna. ¿Sienten la pasión que tiene la afición?

Sí. La afición ha estado apoyándonos todo el año, también juega y sin duda en la final se notará que va a estar ahí ayudándonos.

¿Ya pueden andar con tranquilidad por el pueblo estos últimos días?

Andar sí que andamos tranquilas, lo que pasa es que te para todo el mundo deseándote suerte, venga que hay que ganar, pero es algo normal. El equipo es la primera vez que llega a una final y la afición lo está agradeciendo.

Al menos, tiene claro que se van a dejar la garganta desde la grada y ese apoyo se tendrá que notar en la cancha. ¿Lo ve clave?

Sí, su apoyo va a ser fundamental, tanto como para meter presión para ellas, como para estar animándonos a nosotras.

Hablando de la final, el título está ahí, ya que dos goles no son mucho, pero pese al optimismo y la euforia del entorno habrá que ser cautos...

Por supuesto. Sabemos que no va a ser fácil, pero bueno, la eliminatoria está abierta, que era nuestro objetivo. Traerla así desde Noruega y lo hemos conseguido. Ahora hay que darlo todo y salir a morir desde el minuto uno hasta el 60.

Tras el 23-21 de la ida, en su opinión ¿quién es favorito?

No sabría decirlo. Creo que siguen siendo ellas, porque nadie apostaba por nosotras. Pero bueno, a la final llegan los dos mejores, entonces cualquiera de los dos equipos puede ser favorito.

¿Cuáles serán las claves para dar la vuelta a la eliminatoria?

Defender como defendimos allí, e incluso mejor y atacar con paciencia, rotando el balón de lado a lado y sin pérdidas de balón. Tenemos que minimizar todas las pérdidas de balón porque en una final hay que reducir al máximo los errores.

El año está siendo perfecto y como guinda llega la convocatoria con la selección. ¿Cómo vive su vuelta?

Ha sido una alegría ya que llevaba dos años y medio sin ir. El que me hayan llamado otra vez ha sido una sorpresa. La guinda a una temporada en la que se han conseguido tres títulos. Estoy muy contenta.

Los partidos ante Macedonia le permitirán de nuevo coincidir con su hermana Eli. ¿Esperaba volver a reencontrarse tan pronto?

Pues la verdad es que no. No me lo esperaba. Pero bueno, estas cosas en la vida se dan y hay que aprovecharlas. En el play off para el Mundial voy a estar tres semanas con ella y habrá que aprovecharlo a tope.

Y de su futuro, ¿sabe ya si seguirá en el Itxako o cambiará de aires?

En principio seguiré aquí un año más. No tengo nada cerrado todavía, pero mi intención es quedarme en el Itxako.