Cuando las bocinas se hicieron valer sobre el griterío de los más de 18.000 espectadores del FedExForum, las cámaras de televisión se centraron en la desgracia, en la noticia, en el desconsuelo del caído. Por segunda vez desde que se instauraron los play off al mejor de siete encuentros, el primer clasificado de una conferencia durante la fase regular caía a las primeras de cambio. Los Spurs, caras largas, mirada perdida, se sabían protagonistas de un hecho histórico. Su derrumbe durante una eliminatoria en la que han sido netamente inferiores se materializó la madrugada de ayer. Y con la derrota surgieron las dudas, las teorías sobre la descomposición de un equipo que lo ha sido todo pero que parece condenado a un cambio de ciclo.
En el sexto y definitivo encuentro de la serie, los Grizzlies consumaron el geronticidio que venían anunciando desde que se iniciaron los play off. Conducido por un de nuevo sensacional Zach Randolph y por un Marc Gasol sólido como una roca bajo los aros, el equipo de Memphis se hizo con la cuarta victoria (99-91) y mandó a la lona a un rival que, a pesar de la edad de sus principales figuras, había vuelto a generar ilusión en sus aficionados merced a su excepcional trayectoria durante la fase regular.
Pero en el FedExForum quedó constancia de que en los play off no valen de nada los triunfos acumulados durante los meses previos. El win or go home (ganar o irse a casa) con el que la NBA anuncia las eliminatorias este año quedó grabado a fuego en los rostros de los Duncan, Parker o Ginóbili mientras abandonaban cabizbajos el parqué.
Memphis ha sido muy superior en una eliminatoria que bien pudo haber quedado zanjada dos días antes, cuando un milagroso triple de Gary Neal condujo el quinto duelo a la prórroga y evitó la vergüenza de una eliminación en su propio feudo a un equipo capaz de hacerse con cuatro anillos (1999, 2003, 2005 y 2007) desde que su líder, Tim Duncan, desembarcó en la liga para convertirse en uno de los mejores cuatros que ha conocido la historia.
El jugador nacido en Bermudas ha sido quizá el peor parado de la inesperada caída de los Spurs. Completamente anulado en ataque e incapaz para frenar a Randolph (ayer 31 puntos y 11 rebotes) y Gasol en defensa, a sus 35 años se antoja encaminado a tomar ya un papel más secundario. Los Grizzlies, que se han beneficiado de la ausencia de su principal estrella, Rudy Gay, para convertirse en un gran equipo, han podido convertirse en los verdugos de una leyenda.