Vitoria. Para comprender por qué pasaba lo que pasaba, que sus consejeros delegados cambiaban la chaqueta y la corbata para posar henchidos de orgullo con un maillot ciclista, Fernando Bergasa, consejero-director general de Naturgas Energía, canario, 44 años, científico e investigador -estudió en la Universidad Autónoma de Madrid y realizó un Máster en Química y el doctorado en la Universidad de Princeton, además de cursos en Harvard, Chicago y la London Business School-, contó ayer en la mañana invernal de Gasteiz, más cálida en la tripa del Artium, que se fue a ver dos etapas de la pasada Vuelta a España, invitado por Euskaltel-Euskadi. "Desde entonces, está enganchado al ciclismo, ha caído", dijo ayer Miguel Madariaga. "Desde entonces, comprendo el porqué de la pasión que sienten en esta tierra por el ciclismo", reveló Bergasa. Desde entonces, puede compartir el canario el delicioso sentimiento paternal que impregna el discurso de Aritz Arberas e Iñigo Urretxua, director y adjunto-preparador del Naturgas Energía, cuando hablan gozosos, la sonrisa amplísima, de sus hijos.
De Pello Bilbao, que anda por ahí, escondido entre la gente, con la modestia inocente del chico que hace unos meses era aficionado y ahora, dentro de pocos días, quizás en el Criterium Internacional, vestirá el maillot de Euskaltel-Euskadi. De Mikel Landa, el escalador del equipo naranja para quien todo son halagos. Ambos treparon desde el Naturgas, la base de la fundación, hasta la cima de Euskaltel. Ricardo García, Jon Aberasturi, Noel Martín, Xabier Zabalo y Mikel Bizkarra están a medio camino, en el Orbea.
"Ese es nuestro mayor éxito", dice Arberas, que habla de la cuarta temporada que afronta el equipo y la relaciona con la madurez de un proyecto pilotado por la formación integral, el nombre técnico que define el esfuerzo por "formar ciclistas y, a la vez, personas".
La cantera de Iparralde Son quince en la cuarta temporada del equipo aficionado de la Fundación Euskadi: Alberto Guinea, Efrén Carazo Carlos Barbero, Fernando Grijalba, Alex Bilbao, Jon Larrinaga, Igor Merino, Rory Martínez, Aitor Ocampos, Eduardo Ardaiz, Alain González y, los tres juveniles de la cantera de Iparralde, Loic Chetout, Karl Baudron, y Damien García, que siguen la huella de Thierry Elissalde -profesional con el Equipo Euskadi en 1994 y 1995- y Romain Sicard -ciclista de Euskaltel-Euskadi-.
"Es un cambio de ciclo en el equipo. Se han ido algunos veteranos y han llegado chavales jóvenes con los que hay que trabajar para que aprendan". Quedan Aitor Ocampos -que el pasado sábado, en la carrera de Zumaia, se rompió la clavícula-, Igor Merino o Fernando Grijalba, como referentes. "Los tres tienen que asentarse para demostrar que están preparados para dar un paso más en sus carreras", razona Urretxua. Llegan, Eduardo Ardaiz, un ciclista corpulento, de talla navarra, Alain González, y, sobre todo, Chetout, Baudron y García, que abanderan el mayor desembarco de ciclistas de la cantera de Iparralde de toda la historia de la Fundación Euskadi.
Una maniobra, dice Miguel Madariaga, necesaria ahora que ha menguado la cantera en Hegoalde. Ahora que las figuras salen, pero con cuentagotas -recuerden: la teoría de la cantidad y la calidad-, como algo insólito y, por ello, tremendamente celebrado. "Había que tomar esta decisión", cuenta Madariaga, que ha montado una red de captación, "donde no había apoyo", que incluye a los clubes de Baiona, cuyo ojeador es Elissalde, y Maule, donde Euskaltel tiene su única peña en Iparralde. "Y así", prosigue Madariaga, "algo va saliendo; como Sicard, a quien casi, casi le descubrimos nosotros y ahora va camino de ser una figura". "Lo que hacemos allí es una especie de beca, aunque sin llegar a tanto. Les proporcionamos la ropa y esas cosas y nos atenemos a las normas de la Federación Francesa". Entre ellas está la que regula los derechos de formación -norma que no existe en Hegoalde-, por la cual los clubes de base perciben una cantidad económica cuando sus corredores pasan a aficionados. Por Chetout, Baudron y García, la Fundación ha pagado 1.950 euros, 650 por cada uno de ellos.
Los tres -Chetout y García estudian en Toulouse; Baudron, IVEF en Tarbes- están en periodo de adaptación, pues llegan de un ciclismo, el francés, diferente al vasco. Tan distinto, cuenta Arberas, que hace falta reeducarles. "Corren, por ejemplo, continuamente al ataque, casi sin pensar, sin dar nunca nada por perdido, y nosotros queremos que entiendan que nuestra filosofía prima el equipo", abunda Urretxua. "Podríamos hablar de que son corredores fuertes, que suben bien, que tienen buena punta de velocidad, destacando, quizás, a Chetout, describe Iñigo a tres de los nuevos hijos de Naturgas Energía.