vitoria. Se ha convertido, contra su deseo, en el principal objeto de deseo de los dos grandes clubes de la Liga española, pero su corazón tiene dueño. Cesc Fábregas, culé de nacimiento, crianza y sentimiento, se enfrentará esta noche al equipo de sus amores con el añadido de saber que todas las figuras estarán puestas en el que muchos consideran como el heredero natural de Xavi Hernández. Los rumores, incontrolables, sitúan al joven capitán del Arsenal, cuya afición lo ha elevado a los altares, como el último motivo de discordia entre el Barça y el Madrid.
El jugador jamás ha ocultado su amor por el conjunto blaugrana, donde creció como futbolista antes de su polémico salto al Arsenal. Pero en los últimos tiempos ha suavizado su discurso y tampoco le hace ascos al equipo merengue. El oro de Florentino tiene este tipo de cosas. Ante la ausencia de certezas de que el Barça se decida finalmente a lanzar una ofensiva definitiva por él, prefiere no cerrarse ninguna puerta.
Desde Madrid aseguran que Cesc, más que el futuro del centro del campo azulgrana, podría convertirse en el acompañante idóneo para Xabi Alonso en la sala de máquinas del Madrid. Incluso se ha llegado a publicar que Florentino ha preparado 60 millones para financiar su contratación cuando se cierre la actual campaña. Nada de esto se ha confirmado. Lo único claro es que a Cesc, a quien Piqué y Puyol vistieron de azulgrana en los actos de celebración del triunfo en la Copa del Mundo de Sudáfrica, le encantaría triunfar en el Camp Nou, como ha llegado a declarar.
Hoy tendrá el corazón dividido. Culé y gunner, luchará por apear de la Champions al equipo de su tierra. Xavi Hernández ya lo dijo: "Cesc es un jugador con ADN Barça". También su corazón es aulgrana.