José Manuel Calderón vive en una montaña rusa desde hace tiempo. Enclaustrado en una franquicia sin ambición ni planes de futuro, con una plantilla parcheada cada pocos meses y una política de contrataciones cuando menos cuestionable, el base extremeño ha atravesado varios momentos complicados a lo largo de los dos últimos ejercicios. Asediado por las lesiones, el español no acaba de encontrar su mejor versión, aunque de vez en cuando ofrece actuaciones para enmarcar.
Es el caso de lo que sucedió la madrugada del día de Reyes. Calderón destapó el tarro de las esencias ante los Cleveland Cavaliers, uno de los tres peores equipos de la competición tras la fuga de Lebron, y guió a su equipo a un triunfo que les basta para seguir soñando con la octava plaza para disputar los ply off por el título. El exjugador del Baskonia, que regresaba tras una nueva lesión en el tobillo, se disfrazó de Melchor para regalar 17 asistencias a sus compañeros y facilitar su victoria en el Quicken Loans Arena (105-120).
Calderón, que esta temporada estaba promediando 10 puntos y 7 asistencias por choque, dobló sus guarismos habituales hasta acumular 20 puntos y 17 pases de canasta en los 37 minutos que estuvo sobre la cancha. El internacional español firmó un gran registro de tiro (3/3 en triples y 5/7 en tiros de dos) más tres rebotes y dos robos, para liderar el triunfo de su equipo.