Barcelona. El fútbol ha tenido que acomodarse en el calendario a la exigencia política, por muy clásico que sea, y finalmente el gran partido entre el Barcelona y Real Madrid en el Camp Nou cederá su espacio natural, como es un encuentro de Liga en fin de semana, para disputarse el lunes. Ni sábado 27 ni domingo 28, como se barajaba desde que el presidente de la Generalitat, José Montilla, convocó las elecciones autonómicas para el segundo de dichos días. El Barcelona-Real Madrid será el lunes, 29, a las 21.00 horas.
No es la primera vez en que el horario en el Camp Nou hace un doble mortal por exigencia del operador televisivo, de una estrategia de club o, en este caso, por una cuestión política. En el primer partido de Liga de Joan Laporta, el Barça llegó a programar un partido a las doce de la noche. Sandro Rosell, se marcó como objetivo devolver el fútbol en el Camp Nou a su estado natural: encuentros los domingos a las 17.00 horas.
Sin embargo, ni Rosell ni el club han logrado un objetivo que se presenta casi imposible para el operador televisivo, ya que considera que sus mejores opciones (Barça y Madrid) deben ser vistas en horarios de máxima audiencia. Lo que quizás nadie esperaba es que un nuevo actor, como es la política, llegase a desplazar a todo un clásico no sólo de sus horarios sino del espacio habitual, el fin de semana.
El fútbol español ha vivido expectante para conocer cuándo y a qué hora se iba a celebrar el partido con el que mejor se vende la Liga. La fecha de las elecciones en Cataluña ha llevado a políticos y aficionados a reclamar que el partido saltase al lunes. El Barcelona advirtió hace semanas que el sábado no quería jugar, dando por bueno el domingo 28 como día del partido. La clase política se opuso por entender que un acontecimiento de la envergadura de unas elecciones no debía competir con el gran partido de la Liga.
En la parte deportiva, nadie daba crédito a un clásico en lunes, por desnaturalizarse uno de los choques más importantes del calendario mundial y sacarlo de su escenario habitual, aunque un Barça-Madrid o viceversa también se ha disputado durante la semana con motivo de la Liga de Campeones, de la Supercopa, de la Copa del Rey o de la ya extinta Copa de la Liga.
El hecho es que las elecciones al Parlamento de Cataluña, y en parte también, según el empresario Jaume Roures, propietario de los derechos televisivos de ambos equipos, por un "punto de vista cívico", han tenido su peso a la hora de programar el clásico para el lunes 29.