BARCELONA. El presidente del Barcelona, Sandro Rosell, y el vicepresidente del Milan, Adriano Galliani, han entrado poco después de las 12.00 horas en las oficinas del Camp Nou para proseguir las negociaiones sobre el futuro del sueco Zlatan Ibrahimovic, pretendido por la entidad italiana.
Rosell no ha querido hacer ninguna declaración, al contrario que el representante del Milan, quien no ha dado mayor trascendencia a las declaraciones que efectuó anoche el jugador sueco en el Camp Nou, cuando aseguró que no se habla con el entrenador, Pep Guardiola.
Los dos altos mandos del Barcelona y el Milan ya trataron el futuro de Ibrahimovic ayer en una comida de hermandad y posteriormente en las oficinas del club catalán, sin llegar a un acuerdo sobre el jugador.
La negociación está estancada, porque no se ponen de acuerdo respecto a una cesión por un año o un traspaso, ni sobre las cantidades económicas para cerrar este acuerdo. Durante los últimos días el Milan se ha mantenido inflexible en cuanto a que la ficha del jugador es muy alta (doce millones de euros) y que por ello en el caso de un traspaso el Barcelona no debería ser muy exigente.
El Barça pagó el año pasado algo más de 40 millones de euros, más unos 20 en que se tasó a Samuel Eto'o, por lo que a la entidad catalana le quedaría una cantidad importante para amortizar.
Dada la contundencia en las declaraciones de Ibrahimovic anoche, todo apunta a que los dos equipos se tendrán que poner de acuerdo para la salida del jugador, aunque Guardiola también advirtió que en el caso de que se deba quedar, hará un esfuerzo para "recuperarlo", señaló.