La cotizada Lindsay Vonn, de heroína a estrella
una operación de rodilla y una caída en la que casi se rompe la espalda, antesala de sus dos copas del mundo
vitoria. La reina de la velocidad, la mejor pagada, la bella americana que se barrunta como estrella en Vancouver se llama Vonn, Lindsay Vonn (18-X-1984, Saint Paul). Guapa, simpática, sexy, propietaria de la bola de cristal en los dos últimos años, era la punta de lanza del marketing de Rossignol. La crisis económica en la firma gala de esquís llevó a la empresa a solicitar una reducción del 50% de ingresos por patrocinio. Aceptaron casi todos menos esta rubia que tiene su propio equipo al margen del de Estados Unidos. Casi sin tiempo para empezar el curso, probó en dos semanas 65 modelos de Head, su nueva marca, hasta dar con lo que ella buscaba. Es menos conocida en su Minnesota natal, o en Park City (Utah), donde se ha comprado una casa, que en Austria o Suiza, donde pasa largas temporadas en invierno, de estación en estación, de prueba en prueba, hasta lograr ganar en 2008 la primera Copa del Mundo para una estadounidense desde 1983.
Con dos añitos se calzó sus primeros esquís gracias a su padre Alan Kildow, antiguo profesional. Pronto dejó las llanuras de Minesotta para vivir en Vail (Colorado) y dedicarse de lleno al deporte blanco. Desde muy joven se distinguió por buscar la línea más recta entre el punto más alto y el más bajo de las laderas. Cuando, con con nueve años, la entonces estrella americana Picabo Street le dedicó un autógrafo y una foto, supo adónde quería llegar. Quizá por eso, las lesiones (operada de la rodilla hace tres años) y las caídas quedan atrás. La más terrible la sufrió poco antes de Turín, en el entrenamiento de un descenso. Fue hospitalizada y se creyó que se había roto la espalda. Dos días después se fue del hospital (casi se escapó) y compitió en tres pruebas en los Juegos quedándose muy cerca de las medallas. La hazaña le valió el Olympic Spirit Award. Mientras Miller o Mancuso viajan en autocaravana, Vonn lo hace en avión privado. Por algo es la mejor pagada. La estrella.
La estadounidense Lindsay Vonn, recientemente en St. Moritz.