EL brazo de un manista funciona como el sencillo, básico y rudimentario mecanismo que rige la vida de un muelle, dividida en un movimiento dual, que consiste en encogerse para luego estirarse. Sucede que la energía que genera el movimiento en el brazo de un pelotari de alta competición es más psicológica que mecánica, más mental que física. Es la confianza el carburante que extiende y recoge el brazo a modo de resorte.
Así de sencillo, así de complicado porque el ánimo que se requiere, el positivismo "la confianza", no se recobra fácilmente cuando el asunto pinta feo. "Cuando te falta confianza, cuando se tiene miedo a fallar, el brazo, instintivamente, se encoge", explica Pablo Berasaluze, que junto a Aritz Begino se medirá a Gonzalez y Laskurain en el frontón Igarondo de Idiazabal (18.00 horas) con la victoria como único argumento para "seguir vivos en el campeonato. Es que si no ganamos nos quedamos prácticamente sin opciones. Hay que ser realistas en eso".
Disecciona el delantero de Berriz su actual situación -cuentan con un solo triunfo en el casillero a la conclusión de la primera ronda de cuartos- con sinceridad, sin paños calientes: "Lo único que nos queda es seguir trabajando para mejorar y poder ganar un partido que es vital para nosotros. Por trabajar no va a ser".
Entrenaron el pasado jueves Pablo y Begino en el recinto guipuzcoano con la intención de preparar la cita ante Sébastien y Aritz lo mejor posible. "Estamos poniendo todo de nuestra parte para mejorar", considera el delantero vizcaíno, consciente de que "estamos fallando más de la cuenta. Regalamos mucha pelota y así es muy difícil ganar esta clase de partidos en los que se trata de fallar poco para tener opciones de ganar. Regalando tanto es muy complicado".
Adquieren los errores un peso enorme, una gigantesca ascendencia, sobre el entramado de la competición. Para que su incidencia sea menor en el juego de lo que está siendo hasta ahora cree Pablo que "tenemos que jugar sin tensión, sin presión, jugar más sueltos y hacer las cosas como sabemos hacerlas porque el uno por el otro no estamos haciendo las cosas tan bien como queremos y al final el juego de la pareja se resiente". Abunda en esa dirección el manista de Berriz que afirma que "la clave es jugar sin miedo".
"dar nuestro nivel" Para adquirir el tono con el que deslumbraron durante el verano, resulta según Pablo Berasaluze imprescindible "dar nuestro nivel, salir del frontón con la sensación de que hemos hecho un buen partido independientemente del resultado". Sopesa el delantero vizcaíno que aún no han completado una actuación redonda en lo que va de un torneo que durante este fin de semana exprime la segunda vuelta de cuartos de final. "Tampoco es que hayamos jugado muy mal, pero nos ha faltado regularidad y en los dos últimos partidos no sé por qué no nos hemos encontrado a gusto ", destaca Pablo, que tratará de adquirir la confianza necesaria para estirar el brazo.