El enoturismo comienza a ser una opción que gana enteros a la hora de disfrutar del tiempo libre ya sea en familia, en pareja o con amigos. Ofrece una amplia gama de actividades en las que se fusionan el vino, la gastronomía, paisajes únicos y el patrimonio artístico y cultural. Estas son algunas de las opciones más originales que pueden barajarse para una buena escapada fuera de la gran ciudad:
Un viaje mágico al pasado de Rioja Alavesa
La visita toma como punto de partida la finca Villa Lucía y continúa hasta llegar al Museo homónimo. Este centro de interpretación del vino es el sitio idóneo para asomarse a la historia y los rituales vinícolas de Rioja Alavesa. Allí aguarda una experiencia sensorial única con tecnología 4D llamada 'En Tierra de Sueños'.
La oferta de turismo vinícola combina elementos de la gastronomía, la naturaleza, la tradición, la vanguardia y el deporte
No puede faltar una cata degustación de vino acompañado de aperitivos variados o un menú especial en un asador. Por último, una parada en la Bodega el Fabulista, conocida por ser una de las dos únicas cuevas del casco medieval de Laguardia que elaboran el vino al estilo tradicional.
Recorrido en moto eléctrica
Sin importar la época del año, esta ruta en moto eléctrica por Rioja Alavesa o Rioja Alta constituye todo un acierto. Para manejar estos vehículos no se requiere carnet de conducir, por lo que se trata un plan al alcance de cualquiera que busque pasear entre viñedos.
Se puede combinar esta actividad con otras como una visita a bodega con cata y picoteo, una sesión de escape-room o piragüismo.
Rutas en bicicleta y senderismo
Los viñedos ocupan una extensión de más de 13.000 hectáreas dentro de la Rioja Alavesa. Este factor convierte a la comarca en un escenario ideal para pasear tanto a pie como a caballo o en mountain bike. Se puede escoger entre hacer el recorrido de manera independiente o contratar el servicio de rutas guiadas.
Piragüismo desde Labastida
Palear en piragua por un entorno natural privilegiado permite disfrutar del aire, el paisaje y la fauna desde un punto de vista distinto al habitual.
La mejor opción, contar con un guía que descubra los secretos de esta tierra desde las aguas del Ebro. Para despedir la jornada por todo lo alto, visita a una bodega.
Bodegas que dejan sin palabras
En esta selección de propuestas para los visitantes no pueden faltar dos lugares realmente singulares. Ambos espacios reflejan la unión entre el mundo del vino y la arquitectura más rompedora. El primero es la Bodega Ysios, obra del arquitecto Santiago Calatrava. Se encuentran en Laguardia, a las faldas de Sierra Cantabria y fueron diseñadas con la intención de mimetizarse con el paisaje.
El segundo, la Bodega Marqués de Riscal, en Elciego. Ostenta el récord de ser la empresa vitivinícola con más antigüedad de Álava. Este dato no condiciona el aspecto vanguardista del complejo hotelero, creación de Frank Gehry, que ha convertido la bodega en todo un icono enoturístico.
Enología y viticultora como experiencia
Esta actividad incluye una agradable excursión a distintos viñedos de la Rioja Alavesa. Facilita conocer de cerca todo el proceso de elaboración de vinos blancos y tintos para después degustarlos junto a un buen aperitivo sin salir de la propia viña.
Para amantes de la aventura
El enoturismo también va ligado a otros planes pensados para los amantes de la adrenalina y el deporte al aire libre. Algunos ejemplos de ello son las guerras de paintball por equipos, las travesías en quads o 4x4, los globos aerostáticos, el parapente o las singladuras a bordo de espectaculares veleros y catamaranes por las costas del Cantábrico.