Un mes antes de que todo se paralizase vio la luz One Minute Silence. Pero a pesar del mazazo que aquello supuso, Ander Martínez-Olaskoaga (guitarra y coros), Aitor Asso (voces), Unai Perales (bajo y coros) y Rafa Bataglia (batería) siguieron adelante. El disco Getting Lost es una realidad desde principios de mayo y con él bajo el brazo, Nukore se presenta este viernes 17 en Mendizabala. El Azkena Rock Festival espera.

Cuando se termine la actuación, ¿qué tiene que haber pasado para bajarse del escenario contentos?

Que lo hayamos ejecutado todo bien y que lo hayamos disfrutado. El simple hecho de estar ahí y de que se puedan abrir otras puertas por eso, ya nos deja más que contentos. Pero por supuesto, la idea es disfrutar y poder llegar a la gente. Si disfrutamos nosotros, eso se transmite a la gente.

¿Cómo será más o menos el concierto, partiendo de que el tiempo estará más limitado?

La idea es tocar Getting Lost. Claro, igual los ocho temas es imposible, pero bueno.

¿Cómo ha recibido el entorno el hecho de estar en el ARF?

Desde que se supo, mucha gente nos ha llamado o nos ha escrito para decir que ya había pillado la entrada. Al final, conoces a mucha gente en Vitoria y sabemos que va a venir a vernos. Esto está genial. Aunque alguno ya ha preguntado cómo habíamos conseguido estar en el cartel (risas). Pero bueno, mejor tener ahí gente que te va a apoyar desde el segundo uno. Es positivo. Suelen decir que siempre da cosa tocar en casa, frente a actuar fuera. Sientes como más responsabilidad, pero ahora mismo no tenemos esa sensación con respecto al ARF. Además, esta vez habrá otro público también, gente que viene de muchos sitios diferentes que nunca nos habrá visto.

Viernes, 18.00 horas.

No es mala hora. Mira en el Hellfest, tienes conciertos a las diez de la mañana. De hecho, es mejor tocar a las seis de la tarde, que a la una y pico de la madrugada. Igual el público está a esa hora más entregado o no.

Hablando del público, ¿qué esperan que pase?

Esperemos que se queden con ganas de más. Y con ganas de seguirnos en el futuro. Eso sobre todo. A nosotros nos gustaría que la gente diga: ¡mira cómo suena esto!. Más allá de que no sea tu estilo predilecto, de que igual no lo vayas a escuchar muy de continuo, esperamos que digas: lo que hacen, lo hacen bien, y suena potente, te trasmite.

Han tenido alguna actuación previa en Madrid y Ciudad Real para prepararlo todo bien.

Son dos actuaciones que nos han venido genial para tener rodado el repertorio de un concierto tan importante como el del Azkena.

Actuación que va a suponer que por lo menos el jueves 16 habrá que ser buenos.

(Risas) Vamos a ser formales. Teniendo un bolo en el Azkena, no la vas a liar el día anterior, por supuesto.

Lo preguntaba porque seguro que hay bandas de cualquiera de los tres días que les apetece ver.

Fu Manchu. Surfbort. Y está Jerry Cantrell. Social Distortion. Life of Agony. O The Offspring. Hombre, por ver, ojalá todo porque te vas adaptando a cada propuesta aunque igual no sea exactamente de tu estilo, pero es verdad que hay unas cuantas bandas que nos apetecen de manera especial.

¿Y después, un poco de descanso en verano?

El 9 de julio tocamos en Santander y luego vamos a Madrid, el 16. Pero bueno, vamos a ir poco a poco porque hay más cosas que están por confirmar. Nunca hemos tenido ninguna agencia de management que nos buscara conciertos ni nada por el estilo. Y, realmente, para lo que hemos visto que nos pueden ofrecer, tampoco nos compensa. Ya lo hacemos nosotros. Si estás en una banda grande o dentro de una agencia muy potente, seguramente sea otra cosa. Pero a nosotros nos ofrecen cosas que ya podemos hacer por nuestra cuenta y sin tener que pagarles. Nuestra agencia de representación es Ander (risas). Eso sí, mira, al Azkena no les escribimos.

Llamó el festival.

Sí, sí. Eso no nos lo esperábamos para nada. Tenemos sospechas de cómo fue porque un amigo nuestro puso en el foro del festival el vídeoclip de Pharmafia y muy seguido nos escribieron desde el festival. Aunque no lo sabemos a ciencia cierta. Pero por lo demás, escribimos a todos los festivales y todo lo que se nos ocurra. El feedback es más pequeño que si estás en una agencia que lleva muchos grupos, pero bueno. Es también nuestra elección. No queremos pagar a alguien para que nos ponga en contacto con una banda de otra ciudad para que nos pongamos de acuerdo entre los dos grupos, alquilemos una sala y tocar. Para eso nos buscamos nosotros las castañas y fuera.

Hace algo más de un mes se publicó ‘Getting Lost’. ¿Cómo han vivido el volver intentarlo después de lo pasado en estos dos años y después de que ‘One Minute Silence’ se quedase colgado por la pandemia?

Sí que es verdad que Getting Lost está como más personalizado en esta formación del grupo. Eso aporta bastante a las ganas de componer, ensayar y tocar. Ahora, además, que nos han quitado las mascarillas y el aforo limitado, todos nos sentimos bastante bien con este disco y su salida. La verdad es que, de momento, toda la promoción la estamos haciendo desde la banda. Sin meter un duro en algunas cosas, pero más que nada porque no vemos que eso tenga vuelta. Nos pasa con las redes sociales. No queremos tener cien likes o doscientas reproducciones de mentira. Queremos que si solo tenemos cincuenta, vale, sean cincuenta pero reales. A partir de ahí, lo que estamos recibiendo con este disco es muy positivo, haciéndolo todo absolutamente nosotros.

Bueno, a partir de ahora también ese camino se va a poder hacer poniendo que se ha actuado en el Azkena Rock.

Eso es. Al final, la respuesta que te da la gente es muy relativa. Confías en las opiniones de diferentes personas sobre lo que haces porque sabes que no solo te dicen lo bueno, sino que te apuntan que tal vez podríamos haber hecho esto o lo otro. La verdadera medida es que te llamen de un Azkena Rock, de un Resurrection Fest, que cuenten contigo en este tipo de propuestas tan importantes. Ahí es cuando piensas: igual es que esto está empezando a funcionar. Si te llaman y cuenta contigo en eventos que tienen una categoría importante como estos, citas en las que no has hecho tú el contacto sino que han sido ellas las que se han puesto en contacto, tienes que saber leer lo que significa. Tampoco volverse loco, pero sí te sirve para ver si está funcionando mejor o no lo que haces.

Volviendo al disco, sí que hay una evolución en el sonido o es lo que se percibe, por lo menos, desde fuera.

Este disco sí que cambia un poco con respecto a lo de antes. La gente, de hecho, nos lo está trasladando. Pero también estamos percibiendo que el público se está dando cuenta del trabajo que hay detrás y de todo lo que se apuesta por Nukore. Estamos en una trayectoria que está dando sus frutos, independientemente de que igual el segundo y el tercer disco estaban más orientados al rap metal. Obviamente nos gusta pero somos en realidad una banda muy ecléctica y cada uno de los cuatro tenemos nuestros gustos, también más allá de lo que tocamos como banda. Lo que nos gusta de este grupo es que podemos hacer lo que nos salga de ahí. No tenemos que rendir cuentas a nadie. Si el siguiente disco nos da por hacer thrash metal, pues adelante. Y si queremos darle al soul, pues ya está (risas).

¿En los conciertos están recuperando algún tema de ‘One Minute Silence’ o es mejor dejarlo atrás?

Sí, sí, un par de temas o tres solemos tocar. Fue una pena lo que pasó. Se quedó colgado por el covid. Es que es un álbum que nos gusta. Se trabajó mucho y claro que nos fastidia. Todavía tenemos no sé cuántas copias y camisetas. Pero bueno, la vida sigue. Y no somos la única banda a la que le ha pasado lo mismo, por desgracia. Ya está. Además, sus canciones siguen disponibles, están ahí para quien quiera y nosotros vamos a seguir tocando varios temas en los conciertos.

Así con la tontería, y más allá de los cambios internos, Nukore está cerca de cumplir 20 años de trayectoria, que se dice pronto. ¿Una fecha más y da igual, o todo lo contrario?

Nada de dar igual. Suena tocho. En 2004, con 18 años, creamos el grupo y empezamos a pajarear un poco. Pero bueno, ya pusimos el nombre y tira. Desde la perspectiva de que no somos un grupo profesional, nos enorgullece el hecho de llevar tanto tiempo en un grupo. Igual hasta tiene más mérito llegar a esos aniversarios no siendo profesional. Si es tu modo de vida y te funciona, te agarras a la rueda. Desde la humildad, es para estar orgulloso. El rato que estás ensayando con el grupo es el tiempo en el que consigues desconectar de todo lo demás y está genial. Son más duros los bolos.

¿En qué sentido?

Concierto el viernes. Has entrado muy pronto a tu trabajo, sales, vienes a cargar, cargas y te tienes que ir al sitio del concierto, descargas, pruebas, tocas y vuelta. Venir a ensayar es hasta terapéutico. Lo otro está genial, pero lo de cuadrar horarios y demás, tiene lo suyo. Lo principal en esto es saber en qué liga juegas.

Y si se encuentran con una banda de gente de 17 o 18 años, qué les dirían.

Que estudien, ya sea música, química o lo que sean. Suelen decirte: ¡vaya talento tienes!. Y te quedas pensando: ¿tú sabes la de horas que he metido?. Así que si te mola la batería o la guitarra o lo que sea, estudia a saco, mete horas y curra. La gente solo ve el resultado. Te ve en un concierto y piensa que qué bien, que qué compacto suena el grupo. Claro, suena así porque hay mucho trabajo de ensayo. Que persistan. Tener cierto talento o habilidad es importante, pero las horas que metes son las que hacen que salgan bien las cosas. Y que escuchen mucha música, además diferente. Enriquece mucho escuchar estilos distintos e incluso aunque a veces te tengas que forzar a escuchar a un grupo. Igual no sacas nada, pero tal vez puedas aprovechar algo para ti.