John Lydon, marca de la casa en el Azkena Rock Festival

A día de hoy, aunque nunca es descartable alguna reunión, la historia sigue diciendo que el último concierto de Sex Pistols fue en la capital alavesa. De hecho, esta tarde en Mendizabala había unos cuantos que estuvieron aquel 5 de septiembre de 2008, cuando el Azkena Rock Festival fue testigo de excepción de aquella cita. John Lydon –o Johnny Rotten, que se puede elegir– seguro que se acuerda de aquel concierto. No solo por lo que supuso. También por el telefonazo que se llevo en plena cara. Estuvo a punto de parar el concierto y abandonar el escenario, pero sus compañeros le dijeron que se dejase de leches y siguiera. Así fue.

Unos cuantos años después, el vocalista –todo un personaje, para lo bueno y también para lo malo– ha regresado al recinto, en este caso con Public Image Ltd., es decir, justo la aventura que Lydon puso en marcha en 1978 nada más parar Sex Pistols. A lo largo del tiempo, el proyecto ha ido apareciendo y desapareciendo. Ahora vuelve a estar de gira, asegurando que no será el último tour, aunque suele ser bueno no dar nada por hecho. 

Con un público muy numeroso en el recinto, con un calor más que importante y esta vez en el segundo escenario –Respect–, Lydon ha desplegado su marca de la casa. Siempre ha sido un artista que ha generado reacciones muy contrarias entre el público, pero lo que nadie le puede negar es que sabe desenvolverse en un escenario y ofrecer a sus seguidores justo lo que quieren. En eso siempre ha sido fiel a sí mismo y no tiene pinta de que vaya a cambiar a estas alturas de su película vital y musical.

A sudar

Lo cierto es que entre los presentes había ganas de reencontrarse con el de Londres. Es lo bueno de propuestas de este tipo. El personal sabe a priori si quiere o no. Así que ha habido quien ha tenido claro desde el segundo uno que aquello no le interesaba y ha buscado refugio en el Trashville o en el concierto que una media hora después ha empezado a dar C.O.F.F.I.N en el tercer escenario. Eso ha hecho que Public Image Ltd. se encontrase con un público predispuesto a dejarse llevar por la banda a nada que esta diese un poco de juego.

Se ha sudado, se ha saltado, se ha gritado... durante una descarga corta en el tiempo pero efectiva. Lydon ni ha querido ni ha podido reprimirse, aunque el paso de los años –y de otras cosas– se van notando cada vez más. Eso es ley de vida. Con todo, el grupo ha dejado satisfechos a muchos y ha servido para que otros hayan podido despotricar a gusto del vocalista, que de todo tiene que haber en la viña del rock.