Tras el Osteguna Rock, el escenario de la Virgen Blanca no para. No lo hace por el Azkena Rock Festival pero tampoco porque este sábado por la noche acogerá la celebración musical de los 250 años de la Escuela de Artes y Oficios contando con el centro, la Banda y el Conservatorio de Danza José Uruñuela. La capital alavesa tiene la agenda estos días de lo más ocupada.

Uno de los culpables es un ARF que hace ya años empezó a tener la buena costumbre de salir de Mendizabala para compartir con la ciudadanía en general un pedazo de lo que ocurre en el recinto. Hubo un paréntesis en esta oferta durante algunos años a causa de la crisis económica, pero desde que se recuperó la iniciativa, no ha faltado ni una vez.

Parte del público en la plaza de la Virgen Blanca DNA

La propuesta es sencilla. La hora del vermut, antes de empezar a pensar en lo que sucederá después en Mendizabala, ofrecer un concierto gratuito con sonidos capaces de llegar a personas muy diferentes. Todo ello en un ambiente cercano, divertido y, si el cielo lo permite, sin lluvia presente, lo que siempre es de agradecer. Con todo, si el sol aprieta, como este viernes, lo de encontrar sombra se convierte en algo un tanto complicado.

En el arranque

A Laurie Wright le ha tocado poner todo en marcha. Lo ha hecho mientras seguía llegando gente a Vitoria para asistir al certamen, mientras los que vivieron el jueves hasta la madrugada todavía han estado despertándose, y con no pocos viandantes de un lado para el otro, aunque unos cuantos han decidido interrumpir el quehacer diario para darse una alegría.

A pie de calle se ha desenvuelto bien, mientras en los bares de alrededor las barras no han parado, que estar atentos al concierto no quita para atender otros menesteres. Se ha aprovechado también para compartir no pocas conversaciones sobre lo vivido en la jornada inaugural. Todo ello entre risas, algún que otro baile y unas cuantas dosis de diversión.

De todas formas, la rueda no para. El sábado estará protagonizado en la Virgen Blanca por unos viejos conocidos de la capital alavesa. Kitty, Daisy & Lewis estuvieron por primera vez en el ARF cuando eran unos críos. Siguen siendo jóvenes pero ya se les nota el peso de la experiencia.