“Kaotiko es nuestra forma de vida; seguimos siendo una familia tras 25 años”

De esa fuente inagotable de grupos de música que es Agurain, hace 25 años salió Kaotiko. Un cuarto de siglo a celebrar por todo lo alto, como lo está haciendo el grupo. El primer regalo fue la edición hace unos meses del disco, XX5. Con él bajo el brazo, la banda alavesa lleva ya un tiempo sumergida en una larga gira que, por fin, pasa por casa. De hecho, el encuentro con el público se va a producir este viernes en el Azkena Rock Festival. 

Seguro que habrá más de uno que pensará que Kaotiko no tiene encaje en el cartel del ARF. ¿Cómo lo ve? 

–Sí nos veo porque, al final, todos nos movemos en el mismo mundo del rock. No nos dedicamos a hacer ni pop ni... Los que estamos ahí somos los de vestimenta negra y cadenas. Pero también te digo que, posiblemente, no todo el público de Kaotiko esté allí. Tengo claras esas dos cosas. Además, siendo en casa, con el vigésimo quinto aniversario del grupo, está bien tirado.

Festivales grandes conoce el grupo unos cuantos. ¿Cómo viven esta cita? 

–Es estar en casa, en un festival como el ARF y en uno de los escenarios potentes, así que para nosotros es un orgullo. Justo antes de nosotros actúa John Fogerty... pues eso. Y también es recoger de estos 25 años que llevamos de siembra. Y lo que nos queda porque seguimos sembrando. Más allá de eso, haremos como en todos los conciertos, a dar el 200%.

El aniversario

Hace unos meses se presentó ‘XX5’ y se empezó la gira de celebración de los 25 años. ¿Cómo está marchando el cumpleaños por ahora? 

–No nos podemos quejar (risas). Y eso que esto surgió un poco de aquella manera porque los cinco no lo teníamos pensado. Sabíamos que íbamos a llegar a los 25, pero como siempre estamos rodando, bueno, pues otro año más. Pero la gente de alrededor sí que estaba con el aniversario en mente. Fue la que nos dijo que había que hacer algo de celebración. Fue cuando pensamos en esto. Siempre hemos funcionado de manera muy pasional, de lo que sentimos en el momento, y hacer este disco nos pareció lo idóneo. La verdad es que está teniendo muy buena aceptación. Y con la agenda de conciertos, estamos muy contentos. Es verdad que siempre solemos tocar bastante, pero este año se nota lo del aniversario. Después de 25 años, seguir teniendo entre 40 y 50 bolos es la leche.

¿Un cumpleaños que puede traer otra gira al otro lado del Atlántico o...? 

–Eso está siempre ahí. El año pasado, cuando estuvimos, vimos que era verdad, que la gente nos estaba esperando. Bueno, de tal manera que había gente en el aeropuerto de México a las cinco de la mañana para recibirnos. Imagina lo que fue eso para nosotros, para estos de Agurain y del barrio de Santa Lucía. Estuvimos también en Colombia y Costa Rica y nos volvimos con la idea de regresar porque se lo debemos. Vamos a ver qué pasa, pero en sobre la mesa está el volver.

El público

Hay gente hoy entre el público de Kaotiko que hace 25 años casi ni existía. 

–Para nosotros esto ha pasado muy rápido. Es nuestra forma de vida. Empezamos con 17 y 18 años, y ahora, de repente, estamos con 44, 45. Y seguimos quedando igual en el local para ensayar. A veces hay merendola y se pasa este o el otro... Es que seguimos siendo una familia. Ha pasado el tiempo, somos mayores, y el que era un chaval como nosotros hace 25 años, ahora te viene con su hijo. E incluso nos ha pasado más de una vez que vienen tres generaciones, nieto incluido. Eso es un orgullo para nosotros, que te siga viendo gente de edades tan dispares. Cuando te encuentras con eso, con tres generaciones de público, te das cuenta de lo que estamos haciendo y de la suerte que hemos tenido hasta el momento.

El tiempo pasa y todo grupo evoluciona, ¿pero qué cree que se mantiene de los inicios? 

–Cuando me preguntan cuál es el secreto de 25 años, siempre digo que está en el hecho de que existe un grupo de personas que son amigas. Seguir viviendo esto como pandilla es la clave. Porque tampoco vamos a ocultar que esto cuesta, que todos estamos currando toda la semana y, de repente, te toca ir a Albacete un sábado a dar un concierto. Pero es que esto es parte de nuestra vida y es entre amigos, por eso no es una obligación, por así decirlo. Seguimos con las ganas del principio y de seguir siendo los mismos colegas de siempre.

¿Pero ha habido algún momento de pensar en dejarlo? 

–No, nunca. El único momento un tanto así fue cuando Fonta nos comunicó que no podía seguir. Ahí llegó Mortx, que ahora lleva más tiempo que Fonta. Ahí lo que teníamos claro era que quien entrase tenía que ser de la familia, de los nuestros, que tuviera que ver con nosotros. Pero nunca nos hemos planteado parar ni nada. Es que no sabemos hacer otra cosa (risas). Esto lo hacemos con el corazón y para nosotros es lo más importante.