Desde el Farolón hasta Mendizorroza pasando por el Jardín Secreto del Agua y otras muchas localizaciones de Vitoria. Sea dentro de la programación oficial del Festival de Jazz de Gasteiz o en los carteles paralelos que se llevan a cabo estos días en distintos puntos de la ciudad. Se produzcan los conciertos al mediodía o entrada la madrugada. Todo se hace para y por el público. O mejor dicho, los públicos porque la diversidad es tónica dominante.

Es cierto que el certamen está llevando a cabo diferentes líneas de actuación con una idea clara en la cabeza: rejuvenecer la asistencia a sus propuestas. No solo se trata de organizar conciertos especiales como el que Trueno ofrecerá el domingo en el polideportivo. También se habilitan determinados e importantes descuentos para quienes no llegan a determinadas edades. La cuestión del relevo generacional, ni en este certamen ni en otros, es baladí.

Público en uno de los conciertos en el Farolón Pilar Barco

Caras familiares

Con todo, son habituales y familiares las caras cada día en el Principal y en el polideportivo. Y sí, tienen un perfil de edad determinado, pero tampoco es cuestión de estar demonizando todo el rato a quienes van cumpliendo años. Como si avanzar en la vida fuera algo malo...

El abanico se abre mucho en los conciertos de calle y en aquellas actuaciones que se producen en bares y pubs. Aquí influye mucho el tipo de propuesta musical pero también las horas en las que se producen las citas. Todo ello sin perder de vista que, por suerte, todavía quedan amantes de la madrugada, que buscan refugio en lugares como el Ciudad de Vitoria. Se puede disfrutar de la música en directo casi en cualquier momento.