Junto a quienes componen la NDR Bigband, que tiene su sede en Hamburgo, el contrabajista y compositor vitoriano Pablo Martín Caminero regresa este miércoles a la capital alavesa. “Siempre es especial volver a casa”.

Pablo Martín Caminero con su trío junto a una big band. Con estos ingredientes, el público se va a encontrar con... 

–Es muy emocionante para mí este concierto porque va a ser la primera vez que voy a tocar mis composiciones en el Festival de Jazz de Vitoria. Es verdad que acudo con una formación muy especial. Hay pocos antecedentes de flamenco jazz en big band, aunque tenemos ejemplos en Perico Sambeat y en Jorge Pardo con Chano Domínguez. Hay alguna cosa más que se ha hecho con la Andalucía Big Band, con música de Javier Galiana. Yo tengo un flamenco jazz, por así decirlo, muy de autor. Más que ser flamenco, utilizo sus recursos. En esta ocasión lo hago con una big band alemana y la verdad es que funciona muy bien. Claro, originalmente mi música está escrita para quinteto y las estructuras funcionan muy bien en big band. Además, Geir Lysne, el director de la formación, ha hecho orquestaciones de unos temas que ya tienen casi estructuras muy bigbanderas.

Por cierto, ¿cómo se encuentran Pablo Martín Caminero y este conjunto nacido de la radio pública de Hamburgo? 

–La NDR tiene allí un ciclo de jazz en el que yo estuve hace años, primero con Gerardo Núñez, y luego con Enrike Solinís y Euskal Barrokensemble, que actuamos con la big band. Tocando una vez en Madrid con mi quinteto, al concierto fue uno de los managers de la NDR Bigband. Nos acordábamos el uno del otro, la actuación le gustó mucho y tras ella, vino y me dijo: Pablo tienes que venir con tu música. Nos pilló la pandemia, pero al final pudimos ir. Ofrecimos dos conciertos y después me abordaron con la historia de hacer las orquestaciones para big band. Fue toda una casualidad, porque yo ya había empezado un trabajo con el difunto Toni Belenguer con la idea de producir un disco con mis temas en big band. Así que se produjo una especie de casualidad cósmica. Cuando salió esta posibilidad, con una institución del jazz de este calibre, dije que sí al instante.

"Tiene un tinte especial este concierto. Además, va a estar la familia, amigos, gente que me conoce de toda la vida. Así que es muy, muy especial, sin duda"

El de la big band, también por un tema económico, es un formato que se ha convertido en una rareza. ¿Qué le ofrece a un músico como usted una formación así? 

–Fundamentalmente me ofrece la posibilidad de escuchar mi música con esteroides. Esta es una big band pública, de la Radio del Norte de Alemania, y es una institución con mucho trabajo, poso y experiencia. Me posibilita tener una estructura muy potente para montar un repertorio que no es fácil con unos músicos que no están acostumbrados a las formas del flamenco, aunque son capaces de afrontar de todo. Acabamos de actuar en el festival JazzBaltica, ahora vamos a Vitoria y en septiembre tenemos otros tres conciertos en el norte de Alemania. Además, en enero vamos a grabar el disco. Claro, me ofrece una infraestructura muy potente. 

¿Da igual pensar la música para un trío, un quinteto o una big band a la hora de componer? 

–No. Componer para un formato de quinteto está más cercano a hacerlo para una big band. 

"Hay un encargo del Auditorio Nacional y voy a estrenar en marzo un nuevo proyecto a quinteto que, espero, cristalizará también en un disco"

Actuar en su casa, en Mendizorroza, en el festival... ¿un concierto tan importante como otro de la agenda o...? 

–Sin duda, es especial. Yo he visto allí a Oscar Peterson, a Miles Davis, a... Es un lugar que para mí es mítico y muy especial. También es mi trabajo, claro. En este caso, se mezcla mi trabajo con una ilusión muy grande. Hay veces que me han dicho: ¿pero cómo es posible que tú hayas estado más en este festival? Bueno, porque uno tiene que hacer buenos trabajos, presentarlos bien y convencer a Vitoria y a cualquier otro festival. Y Vitoria tiene el derecho a contratar a quien quiera, por supuesto. Esta vez puedo presentar finalmente mis temas y, además, por todo lo alto. Para mí, eso es un honor. Te lo digo desde lo que para mí significa el Festival de Jazz de Vitoria y lo que implica emocionalmente tocar en Mendi, que es el lugar de toda la vida. Tiene un tinte especial este concierto. Además, va a estar la familia, amigos, gente que me conoce de toda la vida. Así que es muy, muy especial, sin duda.

¿Planes para lo que queda de este año y principios del próximo? 

–2024 está ya, afortunadamente, completo. Como contrabajista quiero hacer mis proyectos y mi música, pero también soy un acompañante natural que quiere aprender de todo tipo de formatos. Por suerte, tengo trabajo con varios proyectos, algunos circunstanciales y otros con los que llevo años haciendo camino. Y para 2025 ya se han fijado las fechas para grabar el disco que te decía con la big band. También tengo un estreno de mi próximo quinteto. Hay un encargo del Auditorio Nacional y voy a estrenar en marzo un nuevo proyecto a quinteto que, espero, cristalizará también en un disco. Bueno, y este 2024 saco un álbum con mis temas junto a un cantaor flamenco, David Carpio. Así que, muy emocionado y sin parar. Pero es que hay que pagar la cuota de autónomos (risas).