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‘Nur’, de Toti Martínez de Lezea, se consagra como un “best-seller” en euskera con la venta de 350.000 copias

Erein publica la 18ª historia de esta saga que lleva a la joven protagonista, trasunto de la nieta de la autora, hasta Nigeria

‘Nur’, de Toti Martínez de Lezea, se consagra como un “best-seller” en euskera con la venta de 350.000 copiasIKER AZURMENDI

La colección de novelas infantiles protagonizada por la niña Nur, inspirada en la nieta de su autora, Toti Martínez de Lezea, ha alcanzado los 18 volúmenes. Erein, la editorial encargada de la publicación de esta serie, ha sacado al mercado Nur eta Afrikarako bidaia/Nur y el viaje a África, la más reciente de las historias de esta saga que, desde su primera publicación en 2008, ha acumulado 350.000 ejemplares vendidos, convirtiéndose en un auténtico "best-seller", tanto vasco como euskaldun.

No en vano, la edición en euskera de estas novelas infantiles, que no cuentos, duplica las cifras de las ventas en castellano.

Con motivo de este acontecimiento, Erein ha celebrado un homenaje este viernes en el hotel Ilunion de Donostia, en el que ha hecho entrega a la autora de un cuadro con una placa y su más reciente obra, al estilo de los discos de oro y de platino que reciben los músicos, una serie de reconocimientos que no suelen ser habituales en el mundo editorial, tal y como ha recordado el editor de Martínez de Lezea, José Agustín Iturri. 

Este, acompañado por la escritora; los hermanos e ilustradores de Nur, Juan Luis e Iván Landa, y el presidente de Erein, Jexuxmari Mujika, han comparecido ante la prensa para hablar del enorme éxito de esta escritora gazteiztarra, residente en Larrabetzu desde hace casi medio siglo, no solo en el ámbito de la literatura infantil, sino también en la adulta.

Conocida popularmente por sus novelas históricas, Martínez de Lezea ha rechazado encasillarse en esa etiqueta. De hecho, según ha contado, se encuentra escribiendo un libro ambientado en la actualidad y en la zona de Mundaka.

Toti Martínez de Lezea posa con la placa concedida por Erein al lograr las 350.000 copias vendidas de Nur.

Además, ha agradecido a Erein su labor en recuperar sus publicaciones ya descatalogadas: “Erein me permite, además, revisar y corregir los textos, lo que hace que me dé cuenta de que en 25 años he aprendido a escribir”.

Este mismo año reimprimirán recopilados en un solo volumen Bazen behin, una serie de cuentos pensados para “contar” a aquellos niños que no saben leer y que en su día no tuvieron mucho éxito, ha especulado la autora, debido a su extraño formato: encuadernado con anillas en el corte superior, que los asemejaba a “un calendario”.

Asimismo, Erein reeditará para su colección Biblioteca Toti Martínez de Lezea La voz de Lug, originalmente publicada por Maeva y ambientada en el 25 a.C., en la guerra entre los astures y cántabros.

Nur, una niña viajera

No es lo mismo escribir para un niño que hacerlo para un adulto. Eso piensa Toti Martínez de Lezea, mientras lee un fragmento de Nur eta Afrikarako bidaia, una conversación entre Nur y sus amigos, un diálogo que sería imposible sin que la autora se pusiese en la piel y adoptase la voz de los más jóvenes de la casa.

El personaje de Nur nació así, como una especie de regalo de una abuela a su nieta. La hija de Martínez de Lezea le insistía para que escribiese un cuento a su progenie. La escritora cuenta que por aquel entonces –en 2008– su marido intentaba cazar un ratón de campo en su casa. Así las cosas, se le ocurrió decirle a su nieta, que ahora tiene ya 24 años, que aquello que buscaba el aitona no era un ratón, sino el gnomo que habitaba la casa.

De allí surgió Nur eta irlandar gnomoa, que incluyó no solo a su nieta, sino a gran parte de sus amigos. “Pensaba escribir solo un libro”, ha confesado. De uno acabó pasando a 18 escritos repletos de niños que existen en la vida real, hijos de familiares o hijos e, incluso, nietos de amigos.

De hecho, en el caso de la última propuesta, en la que Nur viaja a Nigeria, los niños que la acompañan son nietos de amigos de la escritora. En todos los libros, eso sí, se ha regido por una máxima: intentar reflejar con veracidad el mundo de los niños, una realidad en la que “no hay ni buenos ni malos”, solo ganas de aprender sobre otras personas, culturas y países.

“¿Y de verdad Nur ha viajado al Polo Norte?”, cuenta la escritora que le preguntó una vez un joven lector, en referencia a uno de esos tantos destinos que ha visitado la niña. “¿Has leído bien? –le respondió la escritora– Nur también viaja a través de la imaginación”. Y es así como ha llegado al corazón de, al menos, 350.000 lectores.